No debes envolverte en odio ni acostumbrarte a la soledad... Quizás te parezca tu habitación una cárcel personal, diminuta y angosta que te asfixia al respirar; pero te debes tranquilizar y amoldarla a tu necesidad... Recuerda que cada cosa con el tiempo vuelve a su lugar...
Suspira con paciencia y mira hacia otro lado cuando las lágrimas aparezcan... Todo pasa, todo fluye... No te enfoques en el ruido del lamento y escucha la melodía que suena más allá... En ese futuro incierto que te espera y te sonríe...
Así que no bajes los brazos cuando haya momentos amargos y lucha por tu salud mental, por ese camino que conduce a la prosperidad, evitando esos comentarios que te desean frenar...
Mañana será mejor, te lo prometo... Recuerda que aunque suenen los truenos, más arriba del cielo, existen estrellas esperando tus deseos...
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