Parece mentira, ¿Todo mentira? ¿Acaso se trató de un espejismo?
Todas esas ideas, parecían un oásis en medio del desierto, si, un espejismo. A falta de agua, mi mente diseñó esas ideas, irreales, irracionales, para darle sentido a todo aquello que yo había vivido.
El laberinto mental en el que me he sumido, hace que el paso del tiempo sea como una zarza espinosa que se me clava en el corazón, desde que enfermé, y me sumergí en mis pensamientos irracionales, me siento incapaz de disfrutar de la vida.
Todo a mi alrededor tiene unos matices grisáceos insípidos sin profundidad. ¿Acaso soy yo, la que he cambiado y como la intuición me grita, ya no hay marcha atrás?
Siento que nadie me comprende, grito en mi fuero interno pero apenas salen palabras de mis labios, ya no soy aquella niña feliz, que reía por todo y vivía despreocupada. La vida se torna complicada, es como un gran nudo imposible de deshacer. Tus pensamientos enmarañados me obstaculizan hasta el respirar. Vivo con la esperanza de que el tiempo me cure, sane esas heridas mentales.
¿Cuál fue la razón por la que empezó toda esta pesadilla? Ya no lo recuerdo, quizás la muerte de mis padres, quizás el desamor o quizás la herencia genética. Estaba predestinada a acabar así. Nadie me quiere comprender, nadie quiere escucharme realmente. Y esa es la realidad. Las voces en mi cabeza, como los pájaros de Hitchcock, me atacan, se han vuelto agresivas contra ti misma, la falta de autoestima, me desgarra las entrañas, ya no valoro mi intelecto, mi gusto musical, mis esperanzas en la vida.
¿Alguien me comprenderá algún día?
Y el día menos pensado, ocurre, encuentro a alguien que me llena todo aquel vacío desolador que había dejado mi enfermedad, que se llevó todo ápice de ilusión. Llámalo amor, llámalo esperanza. Es aquel con el que abres la caja de Pandora, le cuentas tus secretos, le enseñas tus vergüenzas, aquellas que te habían dejado sin habla.
Desnudas tu alma frente a él. Y creyéndolo perdido todo, lo vuelvo a recuperar.
Para que mentir, nunca volví a ser la misma desde que pasó todo aquello. Pero me he reconstruido, desde las cenizas, desde las ruinas que las paranoias habían desolado todo mi interior, me condicionaron tanto… Dios mio. Dejé todo mi mundo atrás y me sumí en ellas, me entregué a ellas en cuerpo y alma. Desconfié de todos, sabía que me tomarían por loca. Pero todo aquello para mí tenía un sentido, hasta que descubrí que solo se trataba de mentiras, que deje la realidad atrás para sumergirme en un mundo caótico donde yo veía esas intuiciones, que resultaron ser falsas, eso me devastó.
Que complicado se hace volver a la vida "normal". Las voces han desaparecido gracias a la medicación, y gracias a él, he redescubierto esa felicidad que intenta reconciliarse con el pasado.
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