miércoles, 12 de mayo de 2021

No tiene mucho talento

Sabía que, si dejaba de tomar sus medicamentos, podría caer nuevamente bajo arresto, estaba cansado de vivir semi despierto, semi consciente, semi vivo como solía decirle a su madre.

Su madre, era la única que lo cuidaba y entendía, vivía con ella, luego de dejar sin terminar sus estudios de astronomía, cibernética y biología en una prestigiosa universidad, su "tema" de salud mental lo privó de ejercer. No tiene mucho talento comentaron sus profesores al verlo salir corriendo semi desnudo por el campus, gritando que la vida en otro planeta era posible.

Durante su carrera universitaria comenzó a tener visiones e imaginaba una máquina capaz de convertir el dióxido de carbono de la atmosfera de marte en oxígeno similar al que tenemos acá en la tierra.

Sus constantes ataques de nervios y pérdidas de conciencia lo transformaron en un ser extraño y poco comprendido en la universidad, finalmente lo terminaron expulsando sin mayores argumentos de que estaba "enfermo".

Al décimo día de estar sin sus medicamentos, pero consciente de lo que estaba sintiendo en su cabeza, se relajó y evitó que su madre lo descubriera, inventó una falsa cita con una amiga y salió con rumbo a la universidad, logró ingresar sin problemas a los laboratorios y con unas claves secretas pudo acceder al directorio donde estaban unos extraños planos confeccionados por él.

Estaba terminando de realizar una copia de su trabajo, cuando una alarma comenzó a emitir ruidos de alerta, los softwares de seguridad lo habían detectado, con tranquilidad y muy consiente de lo que pasaba esperó que entraran los guardias para llevarlo una vez más a la policía.

Pero esta vez fue distinto los documentos estaban copiados en un lugar seguro, sus esfuerzos por no perder la razón fueron inmensos, debía pasar el umbral de los 15 días sin medicamentos. Estaba a dos días, sin embargo, su doctor y su madre insistían en que tomara sus pastillas, logró engañarlos y esperó el día 16.

El día 16, ingresó a la Deep Web y contactó a unos científicos de origen oriental, les mostró sus planos y puso precio a su descubrimiento, al otro lado de su ordenador, varios científicos miraron asombrados lo que sería a posterior uno de los más grandes descubrimientos de la humanidad, un termo acelerador de partículas capaz de descomponer el núcleo del átomo de carbono mantenerlo estable y acoplarlo en neutrones de hidrógeno para generar oxígeno.

El pagó fue suficiente para vivir tranquilo el resto de sus días, darle una buena vida a su madre y convivir con sus crisis en un lejano pueblo del interior.

Nunca se supo del inventor de esa maravillosa máquina que cambiaría para siempre los destinos de la vida en la tierra.

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