martes, 11 de mayo de 2021

Nombre y apellidos



¿Cómo te sientes hoy? -Le pregunté. Y el joven tras una pausa, como sacando algo que llevaba tiempo pensando, me contestó- Me cuesta todo, lo confieso. Hasta lo más insignificante…mira, voy en tren a las prácticas y nos veo agotados, como grises ¿sabes? No es que se vean las caras como antes con esto de las mascarillas, pero juro que lo veo en los ojos de la gente. Sí, estamos grises, deshumanizados. Y sospecho que es así como nos quieren.

Le contesté-Puede que tengas razón, pero piensa que…-no recuerdo que es lo que dije, pero aquello me hizo pensar aquel chaval que llegó a la clínica un poco aturdido hace meses y sin poder expresar prácticamente nada había conseguido unos avances. Al siguiente día de la consulta semanal del chico me dijo-Te agradezco mucho esto, pero lo dejo…lo tengo que dejar, no me puedo permitir seguir, no llego a fin de mes con la mierda que gano.

Yo solo llevaba un par de años ejerciendo y creía que había visto ya, sino de todo, muchas cosas, lo suficiente como para estar completamente convencida de la importancia de eso que llaman 'salud mental', pero cuando vi a aquel hombre joven y encorvado salir por la puerta, me quedó muy claro que a salud mental había que añadirle un segundo apellido para realmente ser importante para todo: 'salud mental pública'.

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