Hace mucho tiempo existió un país de flores blancas y rosadas. Las flores que habitaban en ese lugar crecieron sin conocer de más colores. Un día sin que nadie lo esperase nació Lavanda, una flor hermosa y violeta, color jamás visto por ellos, a la vista de casi todos esa singularidad la hacía especial, pero para un Nardo era una osadía y pensaba todo el tiempo: "¿Cómo se atreve a ser morada en un mundo de flores blancas y rosadas? " "Se cree superior solo por su color único"
Esos pensamientos abordaron su mente hasta oscurecer su corazón, persuadió a una Laurel a pensar igual a él, en el pueblo muchos compartieron ese pensamiento.
-No es una de nosotros, no debería estar aquí-. Miraban con desdén a Lavanda.
A pesar de como trataban a Lavanda ella nunca dejó apagar su ser, sonreía vívidamente, por igual trataba con cariño a todos. Llevó una vida activa ayudando a sus iguales, sin titubear permaneció fuerte.
La flor que un día era querida por todos fue repudiada sin nunca haber hecho ningún mal.
Una mañana mientras un Lirio se paseaba bajo la lluvia tropezó con Lavanda moribunda en su pequeño espacio en el pasto, balbuceando: "Te perdono" Mientras apretaba con fuerza un pétalo rosa en su mano. Lirio reportó el hecho mientras pensaba en como un Nardo blanco había envenenado la mente de todos, al atardecer visitó a su amiga Laurel y no pudo evitar sorprenderse...
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