miércoles, 12 de mayo de 2021

Ada

Chasqueó tres veces los dedos y la persona junto a ella despertó. Al verse de rosado rió complacida.

—¿Cumpliste tu deseo?

—Sí, gracias; gracias —sonrió nerviosa y, antes que abandonara la habitación, escuchó a Ada pedirle, que dejara entrar al que estuviera esperando fuera…

Una mujer de unos cuarenta años entró. Se recostó en el sofá y Ada le preguntó cuál era el deseo que más la atormentaba.

—Siempre he querido pasar mis vacaciones en Cancún —varias veces más repitió la oración.

—Mire fijamente al movimiento del reloj y deje a su mente visualizar el lugar anhelado, mientras la vence el sueño… —una hora más tarde, y luego de chasquear los dedos la paciente abrió los ojos y vio su piel curtida por el sol.

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