¡Vaivenes de la vida, fugacidad del instante…! ¡Mi corazón late, mi espíritu despierta…! ¡Mi vida, melodía vibrante, tesoro valioso, regalo inesperado, en mis frágiles manos descansa! He de cuidarla, protegerla...
Momentos de tristeza se ciernen sobre mí, como nubes oscuras en el horizonte, envolviéndome con su frío abrazo. El camino parece una montaña… ¡Unamos fuerzas, alcemos nuestra voz, démonos la mano para ofrecerles, a aquellos que luchamos en silencio, una digna salida que nos revele los arcanos.
Mundo vasto y complejo, sombras que acechan… ¡Promovamos la salud mental, el bienestar cognitivo, eduquemos nuestra voluntad, nuestro amor propio, para hacer de nuestra vida una sólida roca! No permanezcamos indiferentes ante las llamadas de auxilio, mostremos empatía, en la vida siempre hay un resquicio…
¡Prevenir el suicidio!: un camino largo, no imposible de transitar; con voluntad y conciencia colectivas sanaremos las heridas... ¡Brindemos apoyo en la desesperación, construyamos puentes, derribemos barreras para alcanzar una sociedad en permanente reconciliación!
Mi vida tiene un propósito claro: velar por la salud mental —mía y de los otros—, sentir que no estamos solos... Vivir es compartir, todos vamos unidos, entrelazados y, juntos, construiremos un mundo más sano donde la salud mental sea una firme realidad.
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