sábado, 16 de diciembre de 2023

Día 100

                                                                        
          

Hoy observé largamente en el espejo la cicatriz del cuello. Es impresionante. Pocos saben de su existencia y apenas algunos la han visto.

No es fácil hablar sobre lo ocurrido, aunque hayan pasado cien días ya, porque todavía siento una mezcla de vergüenza y de tristeza. Sin embargo, es una marca que me ayuda a comprender que la vida es hermosa y que vale la pena vivirla.

En cinco minutos viene a buscarme un amigo para que vayamos al grupo de terapia. Allí nos encontraremos con personas maravillosas que nos comprenden y nos enseñan cómo enfrentar la realidad. El pasó por lo mismo, aunque no llegó tan lejos como yo. Ambos luchamos aún con algunos resabios de aquellos recuerdos duros y tristes.

Pero hoy estoy más optimista, porque las cosas comenzaron a encaminarse hacia un futuro prometedor. Por eso tomé coraje y me animaré a contar mi historia. Quizás ayude a los demás como los demás me ayudaron a mí y puedan encontrar en mi fe la fortaleza necesaria para seguir adelante, como yo aprendí a encontrar mi propia fortaleza a partir de sus palabras de aliento.

Sonó el timbre. Después seguiré escribiendo. Afuera me espera un mundo de esperanzas…



Nandotto

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