Visión

            

De pie, frente al espejo, Cassandra observa su cuerpo desnudo. Los pliegues de su piel y el paso de los años, han dejado sus huellas. Recordó su última presentación musical. Finalizada su actuación, recibía del propio director, el ramo de rosas rojas. La ovación del público duraba varios minutos.

Toca su imagen en el espejo. ¿Envejecer? Nunca. Mantenía su vanidad intacta. Sacó con cuidado la bolsa de terciopelo negro de su mesita. Al abrirla, brilló en el fondo el revólver plateado. Había llegado la hora. No avanzaría con los años. La recordarían hermosa, con el rostro juvenil y fresco. Se dirigió de nuevo al espejo.

Llamaron a la puerta. Abre con precaución. Es su nuevo vecino, quien se presenta con una botella de vino. No conoce a nadie en el edificio y quiso conversar con ella. Charlaron toda la noche, rieron de sus anécdotas en el teatro. Él, músico retirado, improvisó varias canciones y juntos bailaron al son de las palmas.

El alba los sorprendió abrazados, cantando con voz desafinada. Se retiró por un momento a su habitación y guardó la bolsa de terciopelo negro en el fondo del cajón. Se observó en el espejo y se vio hermosa.


Tina