La vida es nacer en un laberinto, donde la sociedad es nuestro demonio disfrazado, de un mendigo, un asesino; depravados, vendedores de drogas, gente con problemas mentales. Confías en ti mismo y empiezas a perder la fe, la cordura. llegas a tu hogar y te encuentras con diferentes escenarios, tus hermanos se pelean por saber quién es mejor, tu papa ante un cáncer, tu madre una prostituta, yo un delincuente con problemas, en ese momento tu vida agoniza, te vez en el espejo y te preguntas cómo afrontar un arma a la cabeza. Te dices que nada puede ser peor.
Pierdes tu libertad, te queda aguantar y esperar a que el caos acabe e intentas diferentes cosas, intentas quitarte la vida y hasta esto te sale mal, -pero no me arrepiento de nada-, porque si no hubiera vivido todo esto no seria la persona que soy ahora, que lucha día a día para poder vencer demonios que me juzgan y me atormentan, cada día se achican gracias a la motivación de una parte de mi entorno para superarme.
En ti está la opción, dejar que los demonios se queden en el lugar que pertenecen, gracias ala fuerza de la autosuperación.
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