lunes, 11 de diciembre de 2023

Volar.siempre

Abro los ojos.

El balcón no tiene la suficiente altura para quemar todos mis miedos y las voces de mi cabeza me alteran la existencia.

Me prometo cada día, al despertar, que dejaré que la fuerza me abrace, pero cuando estoy a punto de alcanzarla, algo me detiene y ella se aleja.

El miedo ya no me asusta.

Este sitio tan oscuro no es mi lugar y si lo fuera, me rehúso a pertenecer a él.

La desesperación de la incomprensión es lo que me más me aprisiona. Vivo en una cárcel y no sé si algún día obtendré la libertad.

Me agarro al brazo de la realidad todos los días, aunque a veces la sudoración se me note, aunque mi propia respiración me ahogue.

Me abrazo a la vida, aunque quitármela haya sido mi deseo por tantas noches, donde las mismas lágrimas parecían querer matarme.

Me abrazo a no dejar de luchar, porque quiero llegar a vivir más de lo que llevo luchando contra mi mente.

A veces mi mente me da treguas y entonces somos amigas; otras tantas, me pide que me aleje, que ya no luchemos más.

Pero no me rindo.

Quiero que vivir sea mi lugar

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