"¿Eres mía o yo soy tuya?"
Te adueñas de mí y noto como quieres salir por cada poro de mi piel, pero temo que lo hagas y pierda el control.
Voces golpean mi cabeza cada minuto. No dejo de oírme, pero no logro escucharme. Todo va demasiado rápido y la perdedora siempre es la misma, yo. Me duele sentir tanto y me aferro a esos fantasmas que ya conozco porque enfrentarme a la realidad es sinónimo de pánico.
Mis huesos y mi cuerpo se quedan pequeños para tanto dolor. Siento que no cabemos en el mismo lugar, ni tú ni yo. No sé si soy sin ti. No sé si alguna vez he sido tú. Intento hablar contigo y sólo veo a una niña asustada que corre, grita, llora y se esconde cuando tiene miedo.
Siento que nadie me comprende porque no te conocen, y tampoco a mí. Me siento invisible. ¿Por qué no "eliminar" esa barrera que separa a los demás y a mí del "ponte en mi lugar?"
No lo sé. Sólo sé que quiero una vida y me la merezco como tú. Cada día intento pensar que el suicidio es una solución permanente a un problema temporal.
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