Le llaman loco. Bulling su pan diario. Él apenas abre los ojos a la vida, pues breves son sus años.Sabe que no esta enajenado. Por el contrario, es brillante. Tanto, que todos los que lo acosan no pueden esconder su enojo y envidia. Por tal razón su ataque.
Lo cierto es que, en cualquier momento una pareja cruel asalta sin permiso su paz mental: ansiedad y depresión.
Aquél día, una cuadra antes de llegar a su casa volteó la esquina.
La bondad, (que no maldad) le hace extremadamente sensible; blanco de los insensibles y vianda jugosa de la pareja cruel que lo asalta.
La miseria y el sufrimiento humano lo descomponen a tal grado que, invariablemente abren la puerta a la ansiedad y depresión.
Empujó suavemente la desvencijada puerta.
Sentada en destartalada silla estaba la enjuta anciana. Al verlo llegar, una corriente de alegría recorrió todos los arrugados laberintos de su rostro.
Así la halló un día. ¡Sola como la una en punto! Rodeada de un abandono tan denso que, el primer impacto visual abrió de par en par la puerta a su depresión y ansiedad.
Entonces la adoptó como abuela. ¡Su abuela!
Amor inmenso curó sus trastornos...
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