martes, 5 de diciembre de 2023

Yoplait

La habitual lucha para quitarle la tapa al yogur, acompañada de resoplidos y chasquidos de fastidio, no hizo sino convercerle del plan. Por comodidad, lo suyo sería tirarse a las vías. Sales de la residencia, caminas hasta el paso a nivel, que lo tienes ahí mismo, por un trayecto que no invita a pensárselo dos veces, forrado de persianas grafiteadas, farolas de luz tristona y enormes charcos que no reflejan más que negrura, y cuando pase el cercanías te tiras en plancha. Un adiós pirotécnico, de los de portada y telediario. No pudimos hacer nada. Fue cosa de un segundo. Horrible. Cuando nos quisimos dar cuenta, el pobre viejo estaba en mitad de la vía. No se me quita de la cabeza. La presidenta de la asociación de vecinos, que estaba visto que aquí un día iba a haber una desgracia. Llevamos años reclamando una solución. Y seguro que, si hubiera planos largos, podrías ver su camiseta de "¡Pasarela ya!". Pero, como te decía, quedó en nada porque, por fin, tras pasar la lengua por la tapa del yogur y leer lo que ponía, le pareció que no era para tanto. Hay miles de premios. Siga jugando.

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