Siempre pasaba lo mismo, cuanto más creativo era el informe jurídico que tenía que redactar, más se acercaba su vencimiento y más difícil me podía resultar reproducirlo, aparecía un problema en el guardado del documento. (Nunca me pasaba con un formulario que pudiera recomponer cubriendo simplemente de nuevo los campos en blanco…No.) Las argumentaciones jurídicas nacidas de emociones me parecían ya irreproducibles y recuperarlas era un esfuerzo casi impensable. Sin embargo, lo acababa consiguiendo…unas veces gracias al informático del despacho y otras veces reseteando el ordenador y volviendo a empezar. ¡Cuántas veces pensé que el documento era irrecuperable y cuántas veces estaba guardado en otra carpeta o simplemente le había cambiado el nombre! Aprendí a confiar y cumplía los plazos.
En mi vida personal pasaba algo parecido; las ideas complejas se amontonaban en mi cabeza mezclándose con sentimientos y en ocasiones me resultaba difícil ordenarlas y eso me atormentaba, me desesperaba, me bloqueaba; mi madre decía que nos pasaba a las personas más sensibles. "Busca gente que te quiera".
Ella era mi informática, ahora reflexiono. Me ayudaba a ordenar los sentimientos y aprendí a buscarlos en las carpetas adecuadas, a identificarlos por otros nombres. Cuando eso no funciona, reseteo…y confío.
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