Y ahí estaba Javi, a punto de tomarse un recipiente de pastillas al completo, pero, ¿Cómo hemos llegado aquí?. Javi no era un chico tan social le costaba relacionarse con la gente, pero el tiempo le dio amigos, aunque no tan buenos, ellos le excluían por no pensar lo mismo que ellos, y eso estaba mal, no era culpa de Javi, ellos no compartían sus ideales y pensaron que era mejor dejarlo ir. Javi pasó otra temporada sin saber qué hacer, pensó en irse por otro lado, conoció a una chica y se hizo amigo de sus amigos, todo parecía restaurado otra vez, pero Javi tenía miedo a perderlos, Javi sabía que los tenía pero se sentía solo, vacío, si Javi se hubiera puesto metas, quién sabe, podría haber sido el mejor guitarrista de su ciudad o podría haberse convertido en el mago del año, pero no, Javi no pensó en eso. El grupo de Javi se iba dividiendo y no le agradaba a una parte de la piña, decían que nadie le quería, pero era mentira, había gente que compartía sus gustos, ¡siempre hay gente, siempre hay alguien, hay salida!. Desafortunadamente Javi no lo creyó y ahora estamos aquí.
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