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jueves, 14 de diciembre de 2023

Finalistas de la cuarta edición del concurso de relatos Contsruyendo Cultura en Salud Mental

Estos son los 19 finalistas de la cuarta edición del concurso de relatos Construyendo Cultura en Salud Mental, la edición con diferencia con más relatos enviados para concursar, cuatrocientos ocho.

Desde la Comisión de salud mental y cultura de la comarca del Mar Menor os damos las gracias a todos los participantes por ayudar a crear este océano literario y terapéutico: mil gracias y enhorabuena. El lunes 18 anunciaremos al ganador.

 Rompiste el tabú, me hiciste mejor

Sombras y luz

Cicatrices de tinta

 Cinco minutos

Profe.

Sombras de esperanza

No lo hagas.

La sonrisa de Laura

Chico raro

Reverse


Sin alzar la voz

Chica del espejo.

Una tarde más 

No puedo hacerlo solo

Al límite de todo

Ese monstruo que acecha

Visión distorsionada por la tristeza

Él no te ama

Yoplait

¿Qué queréis?




domingo, 23 de mayo de 2021

Relato ganador y relatos finalistas del II Concurso de relatos cortos sobre salud mental “Construyendo cultura en salud mental” en su edición de 2021

Lo pirmero gracias por escribir y gracias por leer. En esta edición de 2021 hemos recibido 342 relatos, casi todos ellos de muy buena calidad, hasta el punto de que la Comisión ha valorado como candidatos a primer premio ventiséis relatos, algo inusitado,  a cuyos enlaces remite la lista del final. De esos ventiséis relatos salió el siguiente fallo:

Relato ganador del II Concurso de relatos cortos sobre salud mental “Construyendo cultura en salud mental” en su edición de 2021:

Pájaros y pájaros, de Soledad García Carrillo

Relatos finalisas:

Tierra, de Emilce Marial Acuña

Santa Dympna, de Antonio Ramírez Sevillano

Primer paso en falso: la infancia, de Amir Abdala

Algunos de los relatos candidatos a primer premio:

Pájaros y pajaros
Una sonrisa de buenos días y la salud mental de …
Martina y Sofía
Ella
Gravedad
No me rendiré
Café con leche
Abril es el mes más cruel
Nombre y Apellidos
Regreso al infierno
Pactando con mi verdugo.
El viaje
La montaña invisible
Tierra
No me rendiré
La barca
Santa Dympna
Paraíso de letras
Primer paso en falso: la infancia

martes, 5 de mayo de 2020

El auténtico héroe eres tú FINALISTA DEL CONCURSO EN SU EDICIÓN DE 2020

Si vas a terminar el periodo de confinamiento sin haber hecho: ejercicio, leído un libro o aprendido inglés; si eres uno de los pocos que has resistido a la fiebre de la harina y la levadura, no has inundado tus redes sociales con fotos e historias de bizcochos o tartas, ni te has entregado en un frenesí gastronómico realfooder; si no tienes ni idea de lo que es un Tik Tok, no has participado en ningún challenge o puesto una cita intensa en tus perfiles, al más puro estilo Jorge Bucay; si la agenda de aplausos y caceroladas diarias te abruma, angustia y sobrepasa; si preferirías perforarte los tímpanos con un alambre antes que volver a escuchar el "Resistiré"; o si sopesas seriamente fingir tu muerte antes de aceptar otra videollamada… ¡Enhorabuena! Eres un auténtico héroe.

¡Vale!, probablemente salgas de esta cuarentena con un par de kilos más, porque te has hartado de ultraprocesados. El pijama ha sido tu segunda piel. Has deformado el sofá, dejando fijada tu silueta en él, a fuerza de horas dedicadas a ver series que te desconectasen de la realidad circundante. Seguramente, tu salud mental se haya mimetizado con las fluctuaciones de la bolsa, con una clara tendencia a la baja según avanza el tiempo, con momentos de aburrimiento, apatía, incluso hartazgo, sazonados de unos cuantos reproches y un maravilloso sentimiento de culpa por no estar aprovechando el tiempo. Aun así, eres todo un superviviente porque has llegado hasta aquí a pelo, y no dejes que nadie infravalore el mérito que ha tenido. No solo no te has dejado arrastrar por la norma social imperante, por esa hiperactividad autoexigida que muchos entienden como lo "correcto", el modelo deseable a seguir, la felicidad estándar donde todos debemos reflejarnos y aspirar a encajar; sino que, además, has resistido, y sobrevivido , de la forma más dura posible: contigo mismo las 24/7, sin distracciones ni periodos de tregua.

Déjame decirte amigo mío, que has logrado una de las mayores proezas en estos tiempos. Sales de este confinamiento haciendo un triple mortal carpado. No voy a decir que sin despeinarte, porque sin duda convivir con uno mismo sin escapatoria, deja huella… en este caso una resiliencia positiva.

Al final, si te paras a pensarlo, has llegado a la meta igual que el resto, pero por el camino más difícil: el de autosoportarse. Sin emplear los atajos fáciles que usan los demás, sin ocuparte hasta la extenuación para no tener que verte ni pensarte. Te has tenido que autoconocer y aceptarte con humildad, sin pretensión alguna,siendo consciente de lo que hay, de los recursos que posees y las habilidades que tienes para gestionarlos. Por tanto, estar 40 días peregrinando de la cama al sofá, del sofá a la cocina, y viceversa, es una formula tan válida y meritoria de afrontar la situación como cualquier otra. Y por todo ello tienes muchos motivos para sentirte orgulloso y celebrar, porque has podido .

domingo, 1 de marzo de 2020

Sombras de nubes FINALISTA DEL CONCURSO EN SU EDICIÓN DE 2020

Era diciembre. El frío, una telaraña invisible y opresora.


Todo mantiene un delicado equilibrio. Abrir una puerta puede provocar una corriente que eche por tierra el trabajo de construcción. De reconstrucción, para ser exactos. Durante semanas fui a clase con normalidad, pero una mañana levanté la persiana y todo estaba gris, un gris compacto y espeso que me abrumaba con solo mirarlo. Decidí volver a la cama.

-Eres demasiado tiquismiquis, -dice mi madre-; yo a tu edad ya había hecho muchos kilómetros. 

-Déjala, -la reprende papá-. Es más sensible que tú, más frágil. Es complicada la salud mental. No todo es correr y llenar la barriga.

Para mi madre todo lo puede vencer la fuerza de los actos: basta con levantarse y entregarse a la rutina, llamar a algunos amigos o algunas amigas, tomar unas copas, echar unas risas,... Y al día siguiente todo estará en orden.

Papá lo entiende de otro modo, se queda en silencio, mirando pasar las nubes en la ventana. Con la mano asienta su pelo color ceniza. Le traerán recuerdos. Ella nunca mostrará una cana y, si mira por la ventana, esas nubes sólo representan lluvia, agua en los pantanos, incomodidades,...

Así que cuando me encierro en mi cuarto a oscuras y no quiero hablar con nadie, ni ver a nadie, ni amar a nadie, cada uno lo entiende a su modo. O no lo entiende.

Rober, un día dejó de llamarme. Cuando tuve ánimo para llamarlo yo, se disculpó atacando. Me recordaba a un perro acorralado:

-Sí,… ya,… verás,… yo,… No hay quien te entienda. Un día todo va bien y al siguiente no coges el teléfono. Mejor dejarlo así, no tengo por qué aguantarlo. 

Mi madre se afana en la cocina, me sube un plato de comida o un pastel. Quizá es su manera de demostrar afecto:

-Come, -dice-, no hay ningún disgusto que no se pase con un estofado. O con el chocolate. Además, las pastillas no pueden caer en el estómago vacío.

En vez replicar, la ignoro. No quiero enfadarme, aunque me duele ese afán de reducirlo todo a la sencilla lógica de las cosas tangibles. Nunca va a entender que no es un simple capricho de niña malcriada.

Si papá está en casa, y tiene ánimo para subir, se sienta a los pies de la cama, junta las manos entre las rodillas, baja la cabeza. Guarda silencio o procura hablar de cosas que no nos atañen, que nos son lejanas:

-Hay un tipo en la India, -comienza a contar-, que es capaz de memorizar miles de matrículas. Lo ponen junto a la carretera y, al cabo de varias horas, puede recordar las matrículas de todos los coches que han pasado. La cabeza tiene facultades sorprendentes.

Entonces me mira, y yo lo miro, porque hasta las cosas más lejanas nos devuelven a lo más próximo, al sorprendente funcionamiento de las cabezas. Y entonces sí, ya es inevitable, hablamos de estas cosas que nos atañen, estas sombras que nos dejan las nubes.