En las sombras de mi inconsciente te ocultas cual sierpe en su cubil paseándote con sigilo y ensalzando tú soberbia cada vez más.
Mientras tu alimento es mi alma, yo más insignificante, cuanto más vulnerable, tú poderoso, ante mi angustia, más bello te haces ver, ante mi tristeza … más cerca te siento.
La calidez de tus susurros me embriaga y hechiza, entre ellos te enmascaras para conseguir el elixir de la victoria: las últimas lágrimas derramadas en la oscuridad de un limbo que solo yo quieres que cruce para ser ganador en una trinchera donde la luz no existe.
¿En qué momento te valiste de mí?
¿Por qué te serviste de mi desasosiego para hacerme conocedor de las perversas emociones que anhelaría desconocer?
Son tantas las preguntas perturbadoras de mi razón… sea cual sea el pensamiento que vague en mi interior, o bien, me conduce a más sufrimiento o me guía hacia un punto final para que el alma deje de torturar los recuerdos.
¡¡¡ Resulta tan difícil inquirir un paraíso cuando todas las sendas son apocalipsis…!!!
Observo como me contemplas al cerrar los ojos y como te regocijas con crueldad ante el terror que albergan mis entrañas, ahí donde vives.
Deseo dormir para siempre…ahí estás tú.
Deseo olvidar para siempre… ahí estás tú.
Deseo desaparecer… otra vez tú.
Conquistas mis sueños con lugares donde habita un único elemento: el fuego, Donde la única estirpe es la tuya y donde aprovechando mi cuerpo inmóvil, tratas de confundirme entre la realidad y la locura, de la cual, tan solo me puede salvar el despertar de los vivos.
En tu vaivén de persuasión me asomas a la inclemente y deliberada osadía de la muerte más…
¿Quién dice que no deba destinar la desesperación, el desasosiego y esta enajenación para infundir tu huida?
Mi psique será salud, mi mente será salud, mi yo será salud…
Con la fuerza de mi ego te haré retorcijar, con furia haré que percibas como tu propio veneno te atraviesa como filo de espada.
Cubriré con luz cada oquedad de oscuridad erigida por ti y cada reflejo será punzante haciéndote ansiar el retorno al lugar del que provienes.
Caminaré ante ti cuando cierres tus párpados deleitándome en tu desesperanza.
Te acompañaré en los sueños para convertirlos en una fuente inquebrantable de delirio y angustia.
Llevaré el agua a su molino cuando al fin sepa que has alcanzado la sabiduría que te mostrará que hacer cuando no se puede más; sencillamente se cambia para buscar una cura al vacío que sientes…
Mi cura será tu sufrimiento, mi cura será tu dolor…
No he de cesar hasta sentir que vas menguando en tu lid…Y entonces, sucumbirás hasta que desaparezcas; sin embargo, no te dejaré ir todavía, no hasta que manifiestes…
¿Cómo se siente el Verdugo cuando es Ajusticiado?
Será mi victoria y me despediré susurrándote:
¡¡¡Adiós… Miedo!!!
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