112 ¿Cuál es su emergencia? ¡Me muero! Puede repetirme señor por favor. ¡Me m...! Paco, corta violentamente el teléfono. Rápidamente busca el vaso de whisky, en su mesa de luz. La Guardia Civil, advertida de esta conducta por el Servicio de Emergencias, ha visitado a Paco en un par de oportunidades. Claramente le explicaron; la importancia del servicio y amenazaron con judicializar el caso, si no desiste de llamar sistemáticamente todos los domingos.
La vida de Paco es una prisión y los domingos a la noche su sentencia. Cada siete días es ejecutado, en la soledad de su habitación. Ataque de pánico, según los expertos. Bebe desde la adolescencia. En principio para superar la vergüenza, de adulto lo hace para dormir. Los últimos rayos de luz, lo aceleran. Minutos antes de acostarse su corazón palpita desproporcionadamente y la cena resiste ser digerida. Se acuesta, esperando que nunca llegue el lunes. Su trabajo es un calvario, difícil de llevar. El ardor en el pecho, con el paso de los minutos, se vuelve insoportable y no puede conciliar el sueño.
Paco, tiene estudios universitarios y es instruido. En un journal de salud mental, leyó que nadie muere en un ataque de pánico. En parte lo tranquiliza, aunque todos los domingos a la noche, lo hacen dudar de la ciencia. Cada una hora se levanta al baño. Al volver a la cama, mira el reloj, como el condenado mira al patíbulo.
Llega a la oficina, sudado y nervioso. La boca seca y pastosa. Aunque come goma de mascar de menta, siente su aliento fétido. Le cuesta hilvanar palabras y pareciera que en cualquier momento fuera a vomitar. Con el paso del tiempo, se ha convertido en un experto narrador de mentiras. Inventa las más variadas historias, que justifican su estado. Indigestiones, discusiones con amantes inexistentes, etcétera. Nunca se animó hablar con nadie, no lo entenderían y lo estigmatizarían de "loco". Siente que está solo en esto. Tampoco se atreve a pedir ayuda. ¿Para qué? Sus días están contados. Ha elucubrado, siete formas distintas de quitarse la vida.
Sale del bar, con terrible borrachera. Tropieza y de repente se encuentra inconsciente tendido en la acera. Su visión se vuelve calidoscópica. ¿Estoy muerto? ¡Por fin!. En su mente, experimenta el sufrimiento de millones de ansiosos alrededor del globo. Millones de almas como él. La soledad se vuelve comunidad. ¿No estoy solo? Piensa. Su vida se le pasa por delante. Una madre egoísta y posesiva, un padre perverso y maltratador. Una sociedad que demanda inmediatez, hipocresía y aparentar. Una cultura, que ve con malos ojos al que padece y demoniza al paciente mental. Una voz, le habla en tono suave y tranquilizador. Paquito, no eres tus padres. Deja atrás el pasado. No intentes agradar a todos. Acepta, las dos caras de la vida; lo bueno y lo malo. Simplemente vive…
112 ¿Cuál es su emergencia? Buenas noches, habla Paco, ¡todo bien! Quería disculparme, agradecer su trabajo y desearles una feliz noche de domingo…
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