Pesada, reiterativa, cansina, tienes que ser normal, no tienes conocimiento...u otros miles de lindezas que tienes que escuchar de la gente que no te entiende, ni siquiera los que viven contigo, tu familia o algunos que se hacen llamar tus "amigos".
Esa es tu realidad diaria, la interna, con la que convives, luchando todos los días como un titán, contra tí misma e intentando mantener tu salud mental en perfectas condiciones para que el resto del mundo con el que convives no te eche nada en cara de si eres rara, te comportas mal o siempre "estás cabreada".
Tu mente vive en una lucha de titanes contínua porque no te encuentras bien, no sabes por qué y te lo preguntas siempre, pero tienes doble trabajo porque aparte de tus luchas internas están las externas.
El tiempo no va a parar porque esa mañana no tienes fuerzas para levantarte y seguir, pero al final, como tu titán, lo haces, avanzas y te vuelves a activar con tu disfraz de luchadora para seguir adelante, porque el tiempo no se para para nadie. Pero no siempre es así…
A veces, encuentras en el camino a otros titanes como tú, o tal vez más grandes. Personas como tú, que llevan sus luchas internas, que sufren, que lloran en silencio, que están rotos, pero continúan su camino y su viaje y entonces...te inspiras para seguir. Y lo haces…
Continúas tu lucha y tu viaje...por ti. Al final, no lo haces más que por nadie, solo por ti, porque hay algo en tu interior que tira de ti esa mañana que no quieres levantarte, porque hay algo que te sigue queriendo hacer ser mejor, tener ese control, crecer y superarte, aunque a veces, no sepas muy bien lo que es.
Por todo ello, queda claro que los titanes y sus luchas existen, aunque sea en nuestro interior y es maravilloso cuando encuentras a otros titanes en el mundo que sabes que quieren cambiar esto como tú, que te van a aceptar, tal y como seas y que están de tu lado con ese disfraz de luchadores dispuestos a cambiar el mundo.
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