-¿Quién mandó a parar el treeeeén?- Gritaba endemoniado con los ojos fuera de las órbitas mientras los paramédicos lo desataban de las líneas solo para volverlo a atar en la camilla, ante la incrédula mirada del maquinista y el circo de personas que bajaron del tren tan solo para ver el espectáculo.
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