martes, 28 de abril de 2020

Descansa

No sé por dónde empezar, quizás lo mejor sea por el principio. Eras un chico normal más bien de los resultones, aunque eso ahora no tiene importancia alguna. Iba todo normal en nuestra vida, una vida de barrio de los años 90, y tienes que incorporarte al servicio militar. Allí tuviste el primer brote,la mili fue el detonante qué despertó al monstruo. Enseguida te licenciaron, te dieron la blanca que se llamaba entonces. Hasta aquí la historia de tu vida antes del diagnóstico a partir de aquí otra vida daba comienzo.

Una romería de médicos, especialistas, terapeutas, etcétera. La misma conclusión: Esquizofrenia paranoide, pone los pelos de punta el diagnóstico, aún hoy veo la expresión de pánico de tu madre cuando nos lo contaba a la cuadrilla pero a lo cierto es que llevando bien el tratamiento la vida seguía su curso bastante normal. De hecho aprobaste las oposiciones y te incorporaste a tú plaza. Casi nos habíamos olvidado de ella, cuando apareció otro brote , ¿motivo? habías dejado la medicación y eso trajo unas consecuencias nefastas.

Hubo que decirlo en el trabajo y poco a poco se fue extendiendo la noticia. Esto no te benefició en nada, incomprensión, desconocimiento, todo menos ayudar, miradas esquivas, codazos, murmullos , .... dejaron de contar contigo para las cenas, almuerzos, etc.

Decías que la medicación te aletargaba, y te impedía ser tú mismo. Y empezó la pelea con los medicamentos, vocver a vivir solo era impensable, pues lo primero que hacías era tirar los medicamentos. En casa de tu madre ibas atado de corto, con lo cual llegaba un periodo bueno, volvías a trabajar y los demás a vivir,, y volvían las miraditas y los comentarios por lo bajo, al poco tiempo volvía el estrés y brote y otra vez la rueda: Ingreso, cambio de tratamiento, baja laboral,etc. 

Y un día sin más , muy joven todavía te fuiste, médicamente aun no está claro, nosotros pensamos qué querías descansar, estabas harto. 

Nos has dejado desolados, tristes, sin consuelo. Nos has enseñado que tenemos que aprender mucho de este tipo enfermedades, con más comprensión y conocimiento a tu alrededor y de tu enfermedad estoy segura que hoy estarías con nosotros. 

No estoy diciendo qué tenemos que ser todos exertos en psiquiatría, ni mucho menos, bastaría con no hablar por la espalda, no tratarlos cómo apestados si no como a los demás. No estigmatizarlos, asi les ayudaríamos casi tanto como la medicación. 

Descansa en paz amigo.

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