Después de introducir los códigos de acceso en pasillos, taquilla y despacho, entro a trabajar. Mi compañera me hace un breve resumen e informa de cómo han estado las cosas en su turno.
–«Ernesto conectó la alarma de incendios y en el caos originado se escapó el sábado por la noche en calzoncillos. Iba diciendo que salía a dar la medicación a su madre. Luego entró en una farmacia y nos avisó para irle a buscar. No dejaba de parlotear muy desorientado.
»Raúl no se quería duchar porque ya se había lavado los pies el otro día. Decía que le pinchase cualquier cosa. No quería cortase el pelo pues se le iban las ideas. No se le entendía casi nada. Estaba muy divertido.
»Lisa decía que estaba muerta en vida. Estaba inmóvil y no escuchaba nada a su alrededor. Luego quiso tocarme las manos para saber que estaba ahí. Se notaba su miedo.
»Pablo con sus constantes cambios de humor decía lo primero que le venía a la cabeza. Estaba muy ansioso y chillando a todos en el pasillo.
La mente es muy poderosa. Con la ansiedad y el estrés diario cada vez tenemos más pacientes. Hay gente que les tiene miedo porque su salud mental está dañada.
Son personas que ven la vida desde otra perspectiva, no según nuestra realidad. ¿Qué es normal y qué es real?
Son muy sinceras. A veces niegan la vida que les ha tocado, pero siempre quieren un final feliz. Intentan ver el lado bueno de las cosas y de todo el mundo. Siempre amplifican las historias positivas y crean algo bonito canalizando esa energía tan extraordinaria. Conectan con ellos mismos para luego relacionarse con los demás. Identifican los pensamientos que les generan malestar para evitar después la desazón producida. Buscan apoyo en las familias y amigos.
–« ¿Qué hay de malo en ello? Nada, todo lo contrario.»
Recuerdo un día cuando yo era joven. Salía de casa y se me cruzó por delante un tío corriendo en bolas; en pelota picada, como se suele decir. Me giré y me puse a reír. Camino del bus intenté imaginar situaciones que pudieron haberle pasado.
–«A lo mejor le han atracado y corre detrás del ladrón.
»O su novia le ha echado de casa y no le ha dejado ni coger la ropa.
»Gracioso sería que sus amigos le hubiesen hecho una despedida de soltero desmadrada. »Se tratará de una apuesta.
»Lo más seguro es que sea un loco y se ha levantado hoy con ganas de exhibirse.
Me sacó una sonrisa y me alegró el día. Pensándolo bien creo que por eso trabajo aquí. Me encanta. Ayudo a la gente que tiene problemas; o eso dicen.
Cuando llego a casa siempre tengo la sensación de que son ellos quienes me han ayudado a mí.
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