Me he despertado como si no hubiese dormido, mi cuerpo pesaba y mis párpados no querían alzarse por más que la luz del sol los calentase. El ambiente se presentaba sereno. Nada más salir de mi habitación entendí a qué se debía; no había nadie en casa. La soledad que necesitaba para actuar con libertad y con mis propios tiempos, pero… ¿Qué había ocurrido ayer?, me preguntaba. Comencé a agitarme en torno a esa cuestión, así que me he hecho un té para pensar.
Ah, ayer… ayer estuve en clase, fue viernes… El agotamiento me hizo olvidarlo. -pensé.
Es tan abrumador, llevo toda la noche soñando que me sumergía en un mar del que no podía salir, dentro de él aparecían las cotidianas imágenes que me aturden. ¿Será por eso que no deseo salir de la marea? Bueno, Amelia, céntrate… ¿Cuánto trabajo tengo este fin de semana? -cojo un tocho de folios que observo, para volver a dejarlos en el mismo sitio.
No quiero hacer nada, no me apetece hacer nada… Siempre igual. Hace unos minutos quería aprovechar para hacer algo útil, pero nada de lo que hay alrededor tiene brillo para mí; quizás, sea yo la que carece de capacidad para verlo. Además, no sería nada nuevo, es una de las tantas cosas que he…, diría descubierto, pero ya lo sabía. Entonces, lo he confirmado, en mi primer año de estudios universitarios. Quizás, alguien como yo, no estaba preparada. Eso es lo que me dicen sin palabras, cuando me rodeo de toda esa gente a la que no entiendo. No… Amelia, creo que sí les entiendes, en cierto modo, pero ¿cómo iban a comprenderte? -me auto-pregunto. Es solo que, cada vez que coincido con ellos no tengo donde pisar, les escucho hablar de todas las cosas que deberían interesarme para la joven edad que tengo, y de todos aquellos juicios morales que no me conmueven. ¿Podría ser yo, una de esas insensibles que no saben amar al resto? No lo sé, me preguntan si estoy bien y solo puedo mentir de puertas hacia fuera, inventando una respuesta en base a "sí" o "no" cuando mi salud mental se basa en mucho más que ese positivismo banalizado del que me hablan, ¡joder! "Pues yo me he puesto notitas por toda mi habitación que me recuerdan esos mensajes positivos que me harán abarcar el día con fuerza" ¿Y qué? ¿Y si no me sirve esa basura? Y si..! -Se me derrama el té ante el enojo.
¿Y si simplemente, no ser fuerte, es mi culpa? Nono, no pretendo caer en ese eterno letargo del descenso, del decaimiento, del hundimiento de un barco que quiere salir a flote. Hoy es un momento para respirar el fresco soplo del presente más inesperado, sentir lo que venga. Es más, quiero pintar ese sueño que tuve anoche. También había desconocidos peces coloridos en aquel mar de angustia; necesitaré investigar mezclando los tonos medios en busca de los soñados. -me levanto.
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