Para quien no me conoce, soy Daniel, el chico atrapado por el espejo. Suena raro, pero todo esto comenzó cuando me miraba al espejo, y veía un reflejo que otros no veían. Yo lo llamaba "unos kilos demás", pero el doctor lo llamaba anorexia. ¿Sabéis que ocurrió? Que con la ayuda de especialistas y el amor de mis amigos, me rescató del otro lado del espejo donde mi reflejo me tenía prisionero. Es difícil explicar para que la gente lo entienda, pero quiero intentarlo. Saber quienes somos, como nos comportamos, y en general lo que nos hace ser nosotros, es nuestro cerebro a través de sentimientos y recuerdos que forman nuestra identidad. Cuando esto faya, es porque la persona no ve igual las cosas como la ve el resto. Lo ve diferente, lo siente diferente y lo recuerda diferente. Entonces lo tachan de loco. Yo me pregunto, ¿Si ellos están locos por ver y sentir el mundo diferente? ¿Cómo está la sociedad que no ve a esas personas de la misma manera que ven al resto? La diferencia entre la sociedad y ellos es que al menos ellos sienten, porque si a ellos les falta cordura, al resto le falta corazón. Todas las personas necesitan respeto y apoyo, e independientemente de su situación y circunstancias, tú no las vives para juzgarle. No hay nada que la medicina y el amor afectivo no pueda vencer.
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