martes, 4 de mayo de 2021

Estoy bien

    Como si de un mantra se tratase, sin meditarlo, la dichosa frase brota de la boca de Claudia diez años más tarde, pero con la misma vigencia que la primera vez: «estoy bien, papá», repite tratando de sonar más convincente en esta ocasión, a pesar de ser consciente de que en Salud Mental no han conseguido curarla del todo, pero no dejan de poner empeño. Al otro lado del teléfono se percibe un silencio con sabor a desconfianza y derrota.

«De verdad», insiste, moviendo indolente la cuchara en el plato de unas lentejas ya frías, mientras de reojo observa sus prominentes pómulos, costillas marcadas y caderas esqueléticas en la imagen que le devuelve el espejo. Claudia, entonces, cuelga el teléfono y sonríe satisfecha tras conseguir deglutir un par de cucharadas para luego vaciar el resto del plato —una vez más—, dentro del inodoro.

Mañana serán cuatro cucharadas. Nadie dijo que sería fácil. Y no, claro que no está bien. Pero está convencida de que lo estará.

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