Ella se fue y estás tirado en la cama
Tenés que pagar el alquiler y las cuentas
Suena el teléfono, es una oportunidad laboral
Vas un miércoles a recoleta, es una pizzería
Ella se fue el domingo y todavía no entendés muy bien
Empezás a repartir con la moto ese mismo día
En el lugar te aclaran que el contrato que firmas
Es solo para el local y no tiene ningún fundamento legal
La encargada te pide el dni, dice que te lo devuelve al finalizar el turno
Todavía no es primavera y la noche golpea contra el casco
Volvés a casa, te dormís demasiado tarde.
Te levantas y salís apurado al trabajo.
Termina el primer turno, volvés a casa, no hay nadie otra vez, dormís.
A la noche llueve, salís de vuelta, llegas tarde y te miran mal
Las horas se vuelven largas y frías, es medianoche y seguís recorriendo la ciudad
Abrís el visor para distinguir el tránsito y el agua se filtra
En el oído izquierdo tenés puesto un auricular clavado en Aspen
Es el último pedido y vas camino a Palermo con un par de pizzas
En la radio empieza a sonar la batería de Baby Come Back
Estás parado en un semáforo en Coronel Díaz y Santa Fe
Y empezás a llorar
Se te caen los mocos
Cambia a verde y aceleras
La imagen te parece ridícula y te encanta
Aprovechas la velocidad y el anonimato para lagrimear mientras cantas.
Volvés al local, después a casa, el garaje está cerrado y el seguridad duerme
Le tocás bocina un rato, sale desorbitado para abrirte.
Volvés caminando por once a la madrugada, relojeando paranoico las esquinas
A media cuadra de casa está el barrendero de casi todas las noches
Es un señor de 50 años, cristiano, está casado y su hijo está en el hospital por un accidente en moto
Se saludan como siempre, te pregunta por ella y por Olga.
Se fueron, se terminó, le decís, mientras un carozo enorme te quiebra la garganta.
Es la primera persona a la que se lo contás.
El te mira con tristeza, tiene ganas de tocarte el hombro o solo acercarse
Pero nunca cruzaron ese límite.
Que bajón, dice, y se quedan mirando hacia la calle un rato entre el viento helado.
Si, bueno, cosas que pasan, y haces un sonidito con la saliva.
Entras a casa.
Otra vez no hay nadie.
Muy triste
ResponderEliminar