Hay pocas certezas en la vida, pero una de ellas y la más esclarecedora en este momento para mí es que siempre habrá más preguntas que respuestas. Un eterno caos y desconocimiento que nos produce miedo, ira, odio y sufrimiento, por ese orden. El vernos superados por todo lo que pasa a nuestro alrededor sin más resistencia que un vano intento de intentar sostener un vehículo sobre nuestras cabezas, creyendo que no hay otra solución.
Estamos influenciados por todo lo que sucede en nuestro entorno. Nuestra historia confluirá, de esta forma, con las historias de los demás en proporción a lo que signifiquen en nuestra vida. A veces esa historia será tan nítida que podremos ver más lejos de lo que jamás habríamos soñado; otras será tan oscura que ni tan siquiera sabremos si podemos dar otro paso sin caer por un precipicio. Así fue como la conocí: al filo de ese posible precipicio. Una sensación parecida a cuando te desmayas y la espesa negrura no te deja ver, pero, de repente, algo se alza delante de ti para brindarte la luz que necesitas para continuar el camino.
Nuestra mente puede ser nuestra mejor aliada o nuestra peor pesadilla. El controlarla a tu voluntad puede parecer una tarea fácil si sigues ciertos pasos. Al menos desde el punto de vista de otras historias. Cuando las historias de los demás jamás se plantearon verdaderamente todo el caos que puede pasar por la mente humana, resulta fácil restarle importancia. Atribuir la frase: todo está en tu cabeza. Esta frase es muy cierta; pero si has dejado que el caos se adueñe de ella, el hacerte de nuevo con el control resulta una ardua tarea.
Estamos sometidos a un mundo exterior que puede afectarnos en el momento que menos esperamos. Aunque es importante comprender que esto no es el fin; puesto que ese sometimiento es sin ninguna duda algo temporal. Es el punto de inflexión que debe hacer que te levantes contra su dominio y luches. Usando todas las armas que están a tu disposición. Fortaleciéndote con ayuda de otras historias, hasta que tu historia y las de los demás podáis conseguir levantar aquel vehículo sobre vuestras cabezas. Eso no es algo que pueda hacerse en solitario.
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