jueves, 19 de mayo de 2022

Loca

Dicen que estoy loca. No me lo dicen directamente, pero lo piensan, lo sé. Lo veo en sus sonrisas tensas y plastificadas cada vez que me cruzo con alguien por los pasillos del hospital o recibo una visita. Me administran pastillas y estímulos eléctricos para que me calme, para que lo acepte. Creen que desde tu muerte he perdido el juicio. Aún recuerdo aquella mañana cuando aquel agente llamó a mi puerta. ¿Te acuerdas de él? Ese que siempre te ponía un multa por aparcar mal. En realidad lo hacía por envidia, porque no podía soportar que un verdadero hombre gobernara esta ciudad mediocre. ¡Cómo nos reíamos de sus absurdos gestos de notoriedad!

Se veía que disfrutaba dándome la noticia, debió de sentirse en el colmo del éxtasis al comunicarme que habías estrellado tu coche contra un árbol, y que tu acompañante y tú moristéis en el acto.
"Tu acompañante", cuando pronunció estas dos palabras, dejó de hablar y me sonrió. "Tu acompañante", sé que buscaba inquietarme. Seguro que buscaba que llorara o que gritase, pero ni siquiera arqueé las cejas, no pensaba darle esa satisfacción.
Pensaría que me estaba creyendo toda aquella patraña, todo aquel montaje para desacreditarte, ahora que no podías contestarles como habrías hecho en vida. ¡Oh, y de qué manera! Habría sido un momento glorioso, como cuando me defendiste de aquel impertinente que me plantó la mano en el trasero durante una de tus fiestas de famosos.
Me pregunto de dónde sacaron a aquella pobre chica muerta. ¿A quién se le ocurrió la idea de ponerla a tu lado? ¿La cogieron del depósito de cadáveres o .... quizás la mataron ellos mismos? ¡Para los difamadores no hay límites!

Gabriela Rodríguez, colombiana, empleada de hogar y matriculada en medicina, una pobre emigrante que buscaba un futuro mejor. Probablemente sin familia que la buscara, aunque eso sí, guapa, muy guapa, con una de esas caras que no te dejan indiferente, una preciosidad.
Me enseñaron su foto en la comisaría. ¿Quién se iba a creer que un hombre de tu clase, de tu posición, y con una prometedora carrera política, se iba a enredar con alguien tan inconveniente? Sólo habría una explicación posible, pero tú no eres de esos. Aunque que eso sí, bella, muy bella, con el tipo de belleza de las que te gusta engatusar. "Amor verdadero", murmuraban a mis espaldas. ¿Amor? ¿Qué sabían ellos del amor, de nuestro amor? De que yo lo era todo para ti y tú para mí, de que no había cabida para nadie más, de que éramos únicos el uno para el otro.
Ellos sólo querían verte hundido, devastado, en boca de todos y sin defensa alguna, y para lograrlo, han tenido que matarte. Pero lo que no saben es que yo desenmascararé ante el mundo esta perversa conspiración, limpiaré tu nombre, para que vuelvas a ser admirado y querido por toda la comunidad.

Tuya siempre por toda la eternidad.
La Loca
Que pronto se reunirá contigo.

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