Con doce años una no sabe apenas nada de la vida, mi nombre es Claudia y dicen que soy muy introvertida, me gusta estar encerrada en mi cuarto disfrutando de mi tiempo en soledad. A mi madre esto le parecía muy desconcertante y quería darle solución al supuesto problema que al parecer yo tenía.
Como cualquier niña, voy al colegio, aunque allí no me siento del todo cómoda porque hay algunos niños que me usan de diana para sus burlas y su aumento de ego en la clase, pero a mi me da igual, pueden llamarme ''Bugs Bunny'' las veces que quieran. La forma de mi boca tiene su explicación, no se trata de herencia, es debido a mi afición por el chupete cuando era bebé, más bien a la de mi madre por dármelo; y ahora tengo los dientes hacia adelante y el estado relajado de mi cara es mostrándolos. Aunque puedo encontrarle ventajas a ello, ¿por qué no? Gracias a eso me van a poner aparato en los dientes, algo que me encanta, cambiarme de gomitas de colores todos los meses. ¡Es original!
Llegó el día en que mi madre decidió solucionar ''mi problema'', ¿cómo? Apuntándome a la piscina. Las clases de natación son todos los fines de semana y realmente me gusta. Allí van niños de mi edad. De hecho, he conocido a una chica que tiene 4 años más que yo, pero nos llevamos súper bien, su nombre es Celia. Lo que me llama la atención de Celia es lo contraria que es a mí. Es una chica simpática, amigable, extrovertida y le encanta pasar tiempo conmigo porque hacemos muchas locurasjuntas, ¡Ah! Y algo súper importante, no se burla de mi boca. Hay veces que no nos apetece meternos en el agua porque tenemos frío entonces nos ponemos a charlar en los vestuarios durante esa hora y media de duración de la clase, luego para que nuestras madres no sospechen nos mojamos la cabeza y así parecer que hemos hecho natación. Es muy emocionante encontrarse con amigas así, que te aprecien y no te ridiculicen.
Como cualquier día a las 08:00 cuando mi madre nos iba a llevar al colegio a mi hermana y a mí, al salir del portal de mi bloque, vi a Celia montada en el autobús de ''AFANAS'', se trata de un autobús que recoge a los chicos que no van al colegio como el mío porque tienen algún problema. En ese momento me chocó mucho y me entristecí. Realmente, me llevé varios días reflexionando sobre aquello ''¿Celia tenía algún problema y no me lo había dicho?'' ''¿Yo no me di cuenta de su problema?'', ''¿Tengo que tratarla diferente?''. Decidí hablarlo con mi madre, me sentía muy agobiada, entonces mi madre muy dulcemente me explicó todo.
Aquel sábado en el que volví a ver a Celia en la piscina me sentí muy orgullosa, tenía una amiga muy especial para mí y yo lo era para ella.
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