martes, 24 de mayo de 2022

Cuanto más te acercas a la muerte, más aprendes a disfrutar tu vida

En marzo de 2019 y el día de su cumpleaños mi padre muere, de forma repentina e inesperada para todo su entorno. Ahí empiezo yo a recorrer uno de los caminos más difíciles, dolorosos y transformadores que a lo largo de mi vida he tenido que transitar.

Era la primera vez que tenía que enfrentarme a la muerte, la muerte con mayúsculas, la primera vez que sabía que por mucho que me esforzara, por mucho que llorara y pataleara irremediablemente había dejado de poder tocar y hablar físicamente con él. El dolor era insoportable, insufrible, era físico, era emocional, me dejó sin energía, sin fuerza pero yo seguí con mi vida, seguí por inercia y de manera inconsciente con ella, añadiendo un nuevo ingrediente, el sufrimiento.

Me culpaba por no haber estado presente cuando sucedió , me lamentaba que mi hija no iba a poder disfrutar más años de su abuelo, todo me recordaba a él, la cotidianidad de mi vida era insoportable, empecé a culpar a mis amigos por no darme el confort y el consuelo que yo tanto necesitaba, hasta que al final me di cuenta que todas las respuestas estaban dentro de mí, ahí cambió todo, en ese momento empecé a buscar información sobre la muerte y el duelo y ahí conocí lo transpersonal y empezó un nuevo proceso de duelo, el duelo consciente.

Mi duelo consciente desde la mirada transpersonal.

Desde la mirada transpersonal entendí y comprendí el duelo y coloqué a mi padre en su sitio, conmigo, un nuevo lugar desde el cual siempre me acompaña, lo paradójico es que desde entonces siento a mi padre siempre conmigo, se que me acompaña y me guía, alumbra mi camino y encontré la calma, la serenidad y la seguridad de que todo está bien, todo está en su sitio, todo está colocado.

Con la mirada transpersonal he aprendido lo paradójico que es que cuanto más miras la muerte de frente más disfrutas de tu vida porque aprendes que la vida es un camino continuo de pérdidas y ganancias y es nuestra responsabilidad y elección vivir una vida de sufrimiento y lamentaciones por todo lo perdido, o por el contrario, vivir una vida sabiendo que todo lo que tenemos material e inmaterial dejamos de tenerlo alguna vez en el plano físico, pero nunca en nuestro corazón.

Todo lo vivido con el ser querido, todo lo vivido en la casa en la que ya no vivimos, todo lo vivido con la mascota que ha fallecido, todo lo vivido en el trabajo que ya no tenemos, todo, absolutamente todo, queda guardado en lo más íntimo de nuestro corazón, en ese lugar que solo nosotros conocemos, ese lugar al que cada vez que queramos ir podremos hacerlo, no hace falta dinero, ni coche, ni tener vacaciones o tiempo libre para poder desplazarnos a dicho lugar……solo hace falta silenciarnos, meditar, entrar en lo más profundo de nuestra alma y conectar con lo perdido y eso nunca nadie nos lo puede arrebatar.

Cuando consigues entender, comprender y reconocer que eso es así, que toda vida conlleva una cuota de dolor y una cuota de alegría y que al final todo acaba, entonces no te queda más remedio que disfrutar de tu vida porque sabes que es finita, y entonces, solo entonces, surge ante ti una nueva y amplia mirada ante la vida, la mirada transpersonal.



Mi dolor desde la mirada transpersonal.

El duelo nos duele, nos transforma , reorganiza nuestra vida, nos pone a prueba, nada vuelve a ser igual tras una pérdida, pero podemos elegir entre vivirlo con sufrimiento y resignación o vivirlo como un proceso de transformación que marca el inicio de un nuevo camino de desarrollo que, si lo vivimos desde lo transpersonal, de manera consciente nos puede llevar sin lugar a dudas a un crecimiento vital tal que aceptaremos esta y todas las pérdidas que nos quedan por vivir con consciencia, amabilidad y amor. Esto lo comprendí cuando, en muchos momentos de mi cotidianidad empecé a hacer pequeños gestos para honrar a mi padre, cuando empecé a traerlo a mi vida de nuevo pero en otro sitio, en mi corazón.

Honrar la pérdida.

Cuando honras la pérdida la integras en tu vida desde otra mirada, cuando eres capaz de sostener la emoción que te produce tal pérdida, cuando eres capaz de brindar por tu padre el día de su cumpleaños con una sonrisa en la cara y en el corazón, cuando eres capaz de sostener a tu hija cuando se rompe por la muerte de su abuelo y darle la vuelta al sufrimiento y acompañarla para que aprenda a hablar con él, a nombrarlo, a traerlo al presente en momentos bonitos de su vida, estás honrando a tu ser querido, lo estás trayendo a tu vida, esa vida que ya has sido capaz de volver a armar con tu ser querido en tu corazón.

Mi camino desde lo transpersonal.

Cuando decides atravesar y vivir un duelo desde la mirada transpersonal encuentras un espacio de escucha seguro, un espacio donde nadie te juzga, nadie te da consejos sobre lo que tienes que hacer, nadie te dice si tu proceso de duelo está bien hecho o no lo está.

Al contrario, cuando decides vivir el duelo desde lo transpersonal, te sientes una persona escuchada, reconfortada, comprendida, no juzgada, vista con mirada amorosa, sostenida en las emociones, sientes alivio, calma, serenidad, confianza en que el proceso está bien tal y como está, tomas las riendas de tu duelo y empiezas a transitar tu camino como lo que es, un camino de aprendizaje, el camino de la consciencia del que indudablemente sales reforzado.

Pero, ¿cómo conseguir llegar a ver la muerte desde ese punto de vista, desde esa mirada transpersonal?, la respuesta es mirando dentro de ti, meditando, practicando la presencia consciente, la mirada compasiva hacia ti mismo, haciéndote preguntas tales como:

- ¿Cómo has vivido o estás viviendo tu proceso o procesos de duelo?


- ¿Sientes que tu pérdida está colocada en el lugar que tú consideras que debe estar?


- ¿Sientes que tienes algún tema pendiente con tu proceso o procesos de duelo?


- ¿Encuentras un espacio seguro donde poder reconfortarte y reconocer tu dolor?


- ¿Qué rito o ritos haces para honrar tu pérdida?


Una vez te vas acercando a lo transpersonal y empiezas a entender y a reconocer que somos más que un cuerpo y una mente pensante el dolor va amainando, descubres que tu vida es en esencia como las demás vidas, llenas de momentos cambiantes, de alegrías y penas, de calma y tempestad y que tú tienes el poder de vivirla y aceptarla, comprenderte y reconocerte.

La mirada Transpersonal en tiempos de pandemia.

Considero fundamental hablar de la muerte en este tiempo de pandemia que nos ha tocado vivir, ahora más que nunca es imprescindible personas con mirada transpersonal que sean capaces de acompañar, acoger y sostener a esas personas que están viviendo la pérdida de un ser querido sin haber podido estar físicamente con ellos en el tránsito hacia la muerte ni haber podido despedirse de ellos, no haber podido honrar la pérdida dentro de sus costumbres y creencias.

La mirada transpersonal acoge todo lo que la persona trae consigo, la religión, la cultura, el sistema de valores, todo lo que conforma la otra persona. De este modo se produce una acogida mucho más compasiva, amorosa y presente a la hora de poder acompañar a tantas personas que han perdido a sus seres queridos a causa de la pandemia, es importante acompañarlos en este proceso de duelo tan "distinto" a otros que hayan podido tener antes, es imprescindible caminar junto a ellos para que vean que son capaces de hacer el duelo y colocar a la persona en su sitio, en el sitio que ellos necesiten que esté, para poder traerla a sus vidas de nuevo, desde otro lugar, ese lugar sagrado que todos tenemos en nuestro corazón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario