martes, 24 de mayo de 2022

Hoy es martes

Hoy es martes y te fuiste, hoy es martes y te fuiste, hoy es marte y te fuiste, una y otra vez lo repite, caminando frente al cajón, sigue y sigue repitiendo lo mismo reprochándole a mi abuela haberlo dejado solo, hoy es marte y te fuiste, perdido entre recuerdo y realidad, lo tomo del brazo y lo siento tratando de tranquilizarlo, pero es inútil, se levanta y sigue.

Algunos chicos que van obligado por sus padres se ríen, los adultos solo lo miran sin entenderlo o tratando de hacerlo, pero la mente del abuelo razona en los distintos tiempos ya vividos y es difícil entenderlo desde nuestra realidad.

El silencio está atravesado por el murmullo de los rezos del rosario o comentarios en voz muy baja, que confirman la bondad de la que yace, todo se mezcla nudos en la garganta, risas y llantos, solo hay que recorrer con la mirada los distintos grupos distribuidos en los distintos lugares de la sala.

Rompen la monotonía las dos personas trabajadoras del tanatorio que indiferentes a la realidad de la mayoría comienzan a cerrar el cajón soldando la tapa de chapa y poniéndole un líquido que se supone para la conservación.

Se prepara la procesión hacia el cementerio, avivando los recuerdos y comentarios, las risas que no ofenden por cosas que ocurrieron y ojalá que no falten en ningún velorio, por ser parte de la vida, no entiendo ni me gustan estos rituales, pero lo acepto socialmente, solo sé que vivirás en mis recuerdos, saboreando las habilidades de gourmet artesanal sin escuela y que quedará a mi cargo tu compañero de vida, que sigue repitiendo sin cesar que hoy es martes.

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