lunes, 16 de mayo de 2022

Lo inevitable

Cuando el tiempo se acaba en el plano físico existencial, nuestra alma trasciende a otro plano, al más allá. Esto deja un dolor intenso a nivel emocional y aunque muchas personas dicen: "la muerte es algo natural", sabemos que es cierto, pero por eso no deja de ser real, el hecho de que la tristeza y el duelo sea algo que nos va a acompañar.

El duelo es ese proceso de aceptación de lo que no podemos cambiar, es adaptarnos mentalmente que el ser amado, físicamente ya no regresará.

Necesitaremos ayuda para poder sobrellevar, ese dolor tan fuerte que nos puede paralizar, quitar el ánimo y hasta las ganas de continuar.

Viviremos distintas fases que nos permitirán identificar, cómo nos estamos sintiendo y cómo lo vamos a gestionar.

La negación es la primera fase que vamos a experimentar, aquí la noticia nos impacta y la solemos rechazar, decimos que eso no es cierto, que lo que está pasando no es real, creemos que es una pesadilla y que al despertar ya la persona volverá a estar.

Cuando nos damos cuenta, que lo que está ocurriendo es algo real, nos visita la ira y nos hace enojar, por no entender que ocurrió y no poderlo evitar. Buscamos culpables, nos preguntamos ¿por qué?, nos molestamos con todos y no sabemos qué hacer.

Dentro de todo este dolor, pasamos por la negociación, donde intentamos acordar con una fuerza superior, hacemos una tregua un poco irreal, donde el dolor se vaya y lo ocurrido no vuelva a pasar, todo esto a cambio de cumplir con una acción en particular.

También pasamos por la depresión, donde nos cuesta visualizar un futuro provechoso y metas por alcanzar, pensamos que en esta fase, la tristeza se quedará, que no hay opciones, ni caminos ya por transitar.

Sin embargo con el tiempo, luego de tanto luchar, con las distintas emociones que nos vienen a visitar, comenzamos a vislumbrar que las cosas empiezan a mejorar, pasamos a la aceptación, donde nos toca comprender, que físicamente no nos volveremos a ver. Empezamos a crear una conexión espiritual, a través de oraciones y pensamientos vamos encontrando mayor consuelo. Nunca olvidamos, jamás dejamos de amar, sólo entendemos que lo ocurrido no lo podíamos controlar.

Es importante vivir cada fase de duelo en su justa medida, ya que esto permitirá ir cicatrizando la herida. Es sano identificar, que si sentimos que no podemos más, buscar la ayuda necesaria para poder continuar.

"La vida continúa" escuchamos de los demás, sabemos que aunque es cierto, no volverá a ser igual. El sol sale a diario y nos viene a recordar, que todavía tenemos sueños por realizar.

Honrar la memoria de nuestro ser amado nos dará paz, expresar nuestras emociones nos otorgará estabilidad, permitirnos tener el tiempo de poder procesar, cada fase de duelo para poder sanar.

Hay que tener la certeza que en algún momento llegará, el tan deseado encuentro en otro plano existencial, pero mientras eso ocurre hay que vivir en plenitud y bienestar.

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