De todos los trastornos mentales que hoy día nos encontramos, el más común es la depresión. En una sociedad de consumo moderna, el más frecuente es el paro.
Es necesario ir al psicólogo, al psiquiatra, que le harán sesiones, le mandaran infinidad de medicamentos, pero en tanto no encuentre un trabajo estable y duradero no avanzará en su proceso.
Cuando no se ha podido resolver el problema de la depresión, uno de los finales más contumaces y agresivos es el suicidio
Cuando surge una enfermedad, sea de la índole que sea, hay que tener buenos principios, para poder sobrellevarla.
Otro trastorno es la ansiedad. Todos los humanos estamos sometidos a procesos de este tipo, con la diferencia de que unos tienen tal adiestramiento mental, que pueden superar este trauma.
La ansiedad, es otro trastorno frecuente, hay que tener un estado psicofísico aceptable para que el paciente ante un cuadro de angustia sepa como sobrellevarlo, de una forma natural.
La anorexia, es frecuente en niñas pre y adolescentes, observan su cuerpo en el espejo y deciden no comer, para que su imagen sea el prototipo de alguna modelo. Es como si hubieran perdido el raciocinio
Raciocinio normal, que todo humano tiene.
La bulimia es la situación opuesta a la anorexia, sienten una necesidad imperiosa de comer, sea lo que fuere, de forma glotona, sin hambre; esto conduce a vómitos copiosos y abundantes, por la intolerancia gástrica que supone la excesiva ingesta de alimentos. En estos casos hace falta la intervención de un buen psicoanalista que intente solucionar el problema.
Otro de los problemas que nos encontramos, es la agorafobia, se trata de miedo a los espacios abiertos, multitudes o cruzar puentes.
La claustrofobia es miedo a los espacios cerrados o miedo a la oscuridad.
También conviene recordar el miedo o la fobia a viajar en avión, a las alturas, a subirse a una escalera mecánica o a un ascensor.
El alcohol es el causante de problemas de pareja, de violencia doméstica con la mujer, o con los hijos. Como también es la causa de problemas laborales que, si son reiterados, pueden originar un despido.
Si a parte del alcohol, hay drogas, el problema se intensifica.
El control, el comportamiento de una persona depende de su equilibrio psicofísico; El sistema endocrino, los transmisores neurovegetativos, deben estar en consonancia, cuando cualquiera de ellos se altera; la persona pierde su equilibrio psicofísico, se angustia, se deprime.
Si estas alteraciones no se corrigen a tiempo, se desencadena toda una cascada irresponsable de síntomas.
Todos en la vida, tenemos situaciones que, a simple vista, son difíciles de resolver, pero disponemos de una serie de frenos que nos ayudan a superar las situaciones, los comportamientos difíciles. Solo cuando nos sentimos frágiles, incapaces de reaccionar y modular nuestros automatismos, debemos acudir al psicólogo. Por eso la presencia de éste y su aquiescencia, es fundamental y necesaria en aquellos momentos en los que nos sentimos frágiles y débiles para afrontar las carencias y sinsabores que la vida nos depara.
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