- ¿Qué te pasa?
-Nada
Y esa es la verdad, no me pasa nada, y ese es también el problema. Cada día es igual al anterior, cada hora de vida no vale más que la que se fue y tampoco más que la que vendrá.
Es una enfermedad sin nombre, el tipo de enfermedad que hace que no salgas de la cama o que les digas a tus amigos que te duele la cabeza, el estómago o la pierna como excusa para no quedar con ellos, y no porque quieras mentirles, sino porque así es más fácil que lo entiendan. Porque así es más fácil de explicar y porque en el fondo tú tampoco sabrías que decirles en caso de que estuvieran dispuestos a escuchar.
Hace mucho tiempo entendí que cuando la gente pregunta "¿Qué te pasa?" a menudo no quieren oír una respuesta auténtica, es una frase que resuena vacía ahora que nadie presta atención a los demás, y por eso decimos "bien" en lugar de "me estoy ahogando en mis pensamientos y ni siquiera sé por que".
Porque nuestro interlocutor espera oír ese "bien" y por desgracia no sabría como reaccionar a cualquier otra contingencia.
Pero seamos sinceros, pocas veces somos tan valientes de contestar con honestidad a esa pregunta, sobretodo cuando no tienes un problema, al menos no uno al que le puedas poner nombre y apellidos.
Y es que si resulta difícil para uno mismo entender que es lo que nos causa esa opresión en el pecho, ese insomnio por la noche, ¿Cómo íbamos a decirles a los demás lo que aún no hemos sido conscientes de padecer?
Muchas veces he deseado que fuera un dolor físico, el daño residual de una discusión o incluso la pérdida de algo querido, muchas veces he deseado abrirme el corazón para mirar en su interior y encontrar dónde está el fallo e identificar el rostro del monstruo que he de enfrentar.
Pero solo estoy yo, y una vida sin errores que sin embargo esconde muchísimos arrepentimientos.
- ¿Qué te pasa?
Y la respuesta que puede no ser completa pero sí sincera es:
-Me pasa algo, pero aún no sé el qué.
Pero lo buscaré, lo encontraré y lo aceptaré. No importa cuanto tarde en hacerlo, pero dejaré de esconderlo detrás de un "nada" porque el problema no piensa desaparecer y yo no pienso seguir ignorándolo. En algún momento podremos mirarnos a la cara y entonces lo entenderé.
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