martes, 11 de mayo de 2021

En una semana

Lunes:

Se levanta a las 7, se ducha, se viste. Coge el metro. Llega a la oficina, toma un café de la máquina. Pasa la mañana enterrada en gestiones y a mediodía come una ensalada. Reunión, presenta unos informes, se enfrenta a unos clientes. Vuelta a casa; se siente culpable por lo que ha pasado. En casa toma un caldo para cenar porque le duele el estómago. Pone la lavadora y se acuesta. A las 3 de la mañana, cansada de mirar al techo, se pone la serie que está viendo.

Martes:

Se levanta a las 8, se lava la cara a toda velocidad, va tarde. Llega a la oficina acelerada, tiene reunión y se le han olvidados los archivos que tenía que llevar. A las 12 se toma el tercer café. Discute con una compañera. Toma un sándwich de la máquina para comer. Trabaja hasta las 8 por un problema de última hora. De vuelta a casa pasa a ver a su madre que le vuelve a decir lo delgada que está y las ojeras que tiene. Llega a casa a las 10, cena un yogur, ve una película y se acuesta… pero no duerme.

Miércoles:

Se levanta con migraña, se viste a oscuras y coge un taxi a la oficina. Toda la mañana frente al ordenador sin poder terminar ninguna tarea, se le acumulan los correos. Cancela una reunión. A la hora de comer se va a casa, tiene náuseas y no puede probar bocado. Se toma un antiinflamatorio y se acuesta… sigue sin poder dormir

Jueves:

Llega a la oficina casi sin ver, ha ido a trabajar a rastras porque tenía que llevar una documentación importante. El día se le hace eterno. Apenas da pie con bola. Al salir va agobiada porque tiene hora en el médico y como no… va tarde. El médico de cabecera le pregunta 10000 cosas, pero poco a poco va centrándose más y más… ¿Qué tal duermes? ¿Qué tal comes? Al preguntar sobre cómo se siente, rompe a llorar sin articular palabra. No puede parar en los siguientes 45 minutos y se desmaya. Es derivada a salud mental de urgencia.

Viernes:

A las 9 tiene cita en psiquiatría, tras una larga entrevista en la que reconoce que lleva más de un año sintiéndose mal, sin poder dormir y con pesadillas, con dolores de estómago y ataques de migraña finalmente es diagnosticada de depresión. Se le prescriben diversos fármacos que harán que su calidad de vida mejore a corto, medio y largo plazo.

El insomnio, la inapetencia y los problemas gástricos están entre los problemas más habituales en la depresión. Puede mantener a la persona medianamente funcional pero tarde o temprano el cuerpo toma el control y se revela

Muchas personas sienten o han sentido esto, pero difícilmente pueden llegar a identificarlo. Es fundamental escuchar al cuerpo y sus señales que a menudo nos dan pistas sobre lo que no funciona de fondo. Somos cuerpo y somos mente.

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