Cierta vez llegué a un poblado, tenía mucha hambre y decidí hacer un alto en un restaurante. Pedí una hamburguesa y mientras esperaba observé que en la calle se asomaba una persona de rasgos diferentes y unos muchachones en la vereda lo gritaban:
Loco y millonario, siempre loco.
Me sentí molesto por la situación y pregunté al mozo si de quién se trataba.
Es un hombre con dificultad en su salud mental, se acerca para que alguien lo dé de comer. Mientras eso sucede los mismos maleducados de siempre lo molestan. Cuenta siempre una historia casi increíble, dice que es millonario, que se perdió y no recuerda como volver.
Por favor ¿me puede preparar dos hamburguesas y una bebida gaseosa? No puedo soportar tal situación.
Una vez en mis manos el pedido, salí y pedí a los muchachones que se retiren, que no traten a una persona que tiene una dificultad de esa manera, al contrario, que lo ayuden porque nadie está exento de que nos suceda algo parecido. Entregué la comida, la bebida y le deseé suerte. Tomó mi brazo, me agradeció inmensamente, tenía dificultad para hablar pero se lo entendía.
Muchas gracias amigo, cómo te llamas, cuando me encuentren y sea millonario te recompensaré.
No por favor, al contrario, gracias a ti. Me llamo Ramón. Yo no necesito nada, pero, cuando tengas suficiente dinero, haz un tratamiento, compra este lugar e invita a estos maleducados que siempre te molestan para que comprendan lo equivocados que están.
Lo haré, gracias. Yo también me llamo Ramón.
Que gran coincidencia.
Seguí mi viaje, fue una caricia al corazón, mi trabajo de mucha ruta tenía situaciones como estas, la humanidad no está preparada para ser humanidad.
Pasaron dos años y volví a pasar por ese lugar, nuevamente el hambre hizo que me detuviera, ocupe la misma mesa, el restaurante estaba distinto, más arreglado, con lindos cuadros y frases de concientización en las paredes. Pedí tres hamburguesas, una para mí y dos para mi amigo Ramón, esperaba verlo nuevamente, aunque no había muchachones en la vereda.
El mismo mozo me trae una hamburguesa, había pedido tres.
Como está, me recuerda?
Por supuesto
Había pedido tres hamburguesas, una para mí y dos para Ramón.
El mozo se sonríe
Solo se ha hecho una y es sin cargo. Su amigo Ramón ya no vive acá.
Pero no entiendo
Sr. el Ramón que Ud. conoció, al que llamaban el loco millonario, su familia lo encontró y efectivamente era un hombre rico. Agradeció mucho la atención que tuvo con él, lo llevaron, hizo un tratamiento, mejoró muchísimo, volvió, me dejó a cargo del restaurante hasta que aparezca su nuevo dueño y al fin Ud. se dignó a venir.
Pero no entiendo
Se lo compró para Ud. en agradecimiento por el gesto que tuvo. Nunca se olvidó. Y hasta le puso de nombre, Los Ramones.
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