Para mis pequeños colibríes:
Creo que no hay nada como dar una noticia escribiendo porque cuando escribes pones en orden tus pensamientos y por eso he decidido comunicaros la que será seguramente la última noticia importante de mi vida (suena desesperanzador pero sabéis muy bien que siempre he sido ilusión)
No era un palito de madera para escribir, ¡se llamaba lápiz!;
Hace dos semanas mi héroe de bata blanca ha descubierto que algunas células de mi cerebro se han rebelado y han decidido comenzar a degenerarse, ahora mismo mi masa cerebral está haciéndose cada vez más pequeña, como cuando sueltas un globo de helio y lo ves alejándose perdido entre las nubes: así será mi deterioro cerebral.
Dicen que pronto empezaré a perder la orientación, a no acordarme del nombre de las cosas hasta el punto de no reconocerme ni a mi misma, "desapareceré estando", pero no me iré a ningún lugar porque mis recuerdos se quedarán conmigo.
¿Sabéis por qué? Porque los recuerdos están hechos de amor y el amor no está en ninguna parte del cerebro, ni siquiera la ciencia ha podido encontrar una explicación formal, el amor es la reina de las fuerzas y por eso volverán a pasar una y mil veces por mi mente y mi corazón los grandes momentos de mi vida y eso me hará seguir estando aquí, volver a abrazaros por primera vez, sentiros y ver como cumplís vuestros sueños una y otra vez.
Estaré en todas las canciones de Robert Shumman y cuando lo escuche me seguiré acordando que no solo era un loco moviendo los dedos sino que nadie tocaba el piano como él, cuando me miréis recordaré que todo vuelve a estar bien, cuando vea el mar recordaré mi luz más fuerte, mi niñez, la incomprensión de la adolescencia y la irracionalidad de la pasión, intentaré seguir eternizando las noches de verano y acortando el invierno. Hoy he decidido clavar la bandera de los recuerdos y deciros que me propongo vivir de ellos, será difícil inventar nuevos, por eso viviré de los que ya tengo; son mi reserva, mi tesoro, mi libertad.
Quiero que sigáis batiendo las alas tan rápido que nadie las vea, que viváis también de vuestros momentos conmigo y que inventéis nuevos con personas que merezcan la pena, que desafiéis a vuestra propia mente y confiéis en la madre de todas las fuerzas, la que mueve el mundo y la que está por encima de cualquier problema o enfermedad porque es la solución a todo: mientras siga habiendo amor, no apagaré mi luz.
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