martes, 11 de mayo de 2021

Construcción de la cultura de la salud mental

    La construcción de la cultura de la salud mental es muy problemática, pues en primer lugar las personas tienen que interiorizar y entender que la salud mental es algo común que puede afectar o afectar a todos los individuos, quizás más que a otros, debido a la exposición de la violencia física y psicológica, ya sea en el contexto familiar, escolar, grupal o profesional, así como los vínculos con situaciones estresantes y traumáticas en las que forman parte de su historia individual, familiar y clínica, en segundo lugar el consumo moderado o excesivo de drogas ligeras o pesadas provocan un despertar o un avance enfermedades mentales, en tercer lugar, diagnósticos erróneos por parte de los psiquiatras, en los que las personas empujan a las personas a las enfermedades mentales y con la aparición de su etiquetado a través de medicamentos incorrectos que causan cambios cerebrales y de comportamiento, en cuatro lugares tenemos personas que nacen con una enfermedad mental, lo que automáticamente nos lleva para asignar dos clasificaciones de abolladuras principales la salud mental, que son los pacientes directos de salud mental, los que tienen la enfermedad al nacer, en los que son los más discriminados y marginados y los indirectos, los que adquieren a lo largo de su vida.

La construcción de una cultura de salud mental debe desarrollarse a través de información diversa a través de los medios y redes sociales sobre qué es la salud mental, las causas y sus consecuencias, cómo prevenir y reducir su aparición, así como el desarrollo, es importante invocar la importancia de esta cultura en la salud mental, porque la salud mental debe ser tratada por la sociedad como se trata del físico, cabello, barba, etc; Es fundamental reconocer la realidad existente y no suscitar la no aceptación o la negación, sino involucrar a todos los individuos en diferentes actividades, fortaleciendo el mensaje de salud mental como piedra angular para comprender la sociedad existente y una vida saludable, así como no Dramatizar la salud mental ya sea en el contexto familiar, social y profesional, es importante no discriminar, no estigmatizar, no marginar, no aislar y no generar desigualdad social y económica.

La construcción de una cultura de salud mental se debe trabajar y tratar en la primera fase de socialización, desarrollándose en la segunda fase de socialización y mejorando en la tercera fase de socialización, porque la conciencia e interiorización de esta cultura se tiene que hacer en un de manera gradual tanto para que el individuo como la sociedad comprendan por qué y como de una manera sencilla, organizada, que incluya diversión, integralidad, práctica, cultural, divertida, deportiva y relajada, porque muchas veces la sociedad envía señales de aceptación de la construcción de una salud mental cultura, pero en realidad no quiere conocer e incluso se aleja de esa cultura, asumiendo así cualquier tipo de rechazo, sin embargo hay que hacerlo con la colaboración de todos, sin ella el camino es difícil de recorrer pero no imposible.

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