domingo, 3 de mayo de 2020

8 minutos en el infierno

La oscuridad se dueña de mi habitación, el silencio me rodea, es casi media noche y los pensamientos me atacan, los sentimientos abundan y mis manos comienzan a adormecerse. 00:00 mi respiración acelera, ya no siento que tan rápido avanza el tiempo. Mi pecho se cierra, me cuesta respirar, no siento que mi cuerpo responda, mi cabeza da vueltas, no sé dónde estoy, dudo de mí mismo.

Mis manos, aún dormidas comienzan a temblar. Los pensamientos no dejan de rondar mi mente, no puedo gritar, me siento solo, mi cerebro ya no recibe el oxígeno que debería. Las lágrimas resbalan por mis mejillas, me repito en voz alta que todo estará bien, que no es para tanto, que el que quiere puede…porque bueno, es lo que siempre me dicen. 

Siento que no puedo más, estoy debajo de mi manta con las rodillas pegadas a mi pecho, solo quiero que acabe ya. Intento respirar más lento, el pánico ha pasado, mi mente poco a poco se viene apagando, mi respiración es pesada, mi cuerpo es débil. Busco perezosamente mi teléfono. Marca 00:08.

No, no tengo intenciones de llamar la atención, estaba solo. 

Si, intenté pensar de otra forma. 

Si, quise detenerlo, quise relajarme, quise restarle importancia

No, no siempre cuando quieres puedes.

A veces…es un poco más complicado que todo eso porque a menudo llevas una existencia contradictoria y tu vida se vuelve algo así:

Mi despertador suena, pero no quiero levantarme

Es un día hermoso, pero no quiero salir

Tengo muchas cosas que hacer, pero no quiero hacerlas

Tengo amigos, pero me siento solo 

Intento hacer muchas cosas, pero jamás me sale bien 

Tengo hambre, pero me siento obesa

Quiero decir muchas cosas, pero...mejor no. 

Quiero estar solo, pero tengo miedo 

Actúo feliz, pero estoy triste

Intento estar bien, pero francamente no lo estoy

La vida es bonita, pero siento que la mía no.

Quiero ser querido, pero ¿quién podría quererme?

No quise tratarte mal, pero no pude controlarlo

Intenté parar, pero no pude hacerlo

Me excito con todo, pero no me causa realmente placer

No tengo hambre, pero quiero comer

Quiero que mi mente se apague...pero no lo hace

Hay que vivir, pero ¿para qué? 

Un día estoy bien, pero al siguiente ya no

Quiero hacer amigos, pero me incomodan las aglomeraciones

Me encanta estar en casa, pero la siento muy pequeña y me asfixio

Me gusta salir, pero siento que me persiguen 

¿Agarrar algo?, ¡claro que no! No sé dónde ha estado.

Se que no debí ordenarlo, pero no pude evitarlo

Probablemente no lo entiendes, pero eso me aterra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario