Tomo todas las palabras que me hieren, las nuevas y las viejas no hacen ninguna distinción entre ellas y se vuelven amigas. No nos importa si son verbos, adjetivos, ni siquiera el número de consonantes, ellas quieren jugar conmigo.
Me han llamado loca, maldita, poseída, enferma, mentirosa, y muchas otras que no escribiré porque hay menores presentes. Me gustaría que las palabras significaran lo que yo quiero, que "Fucsia" fuera un sentimiento y que todos en el planeta se sintieran fucsia los viernes al mediodía.
Ojalá que no hubiera plurales. Debería existir "Zapato" y "Zapata", nadie haría un escándalo al respecto. Solamente lo propongo porque necesitamos más letras A en nuestras vidas. Las palabras más bonitas tienen la letra A: abrazar, apapachar, amar, amanecer, azul. ¿Ven el punto? Necesitamos más letras A.
También deberíamos crear nuevas palabras como "Achitiriri", parece que estamos cantando y si la decimos todos juntos somos parte de un coro. ¿Podemos cantar juntos?
Repite conmigo: ACHITIRIRI.
Si mis miedos y mis inseguridades me lo permiten intercambiaré el significado de una palabra por otra. "Padre" ahora toma el significado de "Agresor", y listo, ya no tengo que llamarlo de esa manera, porque la palabra "Padre" es una palabra muy bonita. Digamos que "Loca" deja de significar algo negativo, ahora significa "Mágica". Mis amigos podrían decirme que soy mágica cuando veo el mundo distinto y me dan unas ganas tremendas de llorar por la facilidad que tengo de recordar. Y la mejor parte es que así podría tener amigos, o a alguien que no le asuste lo que yo significo, porque las personas también tenemos significados.
Algunas palabras tienen que cambiar de colegas, a "Tacto" le aconsejamos soltar a las palabras que la acompañan: "fuerza, golpe, dolor". De esa manera dejaré de temerle al mundo y de encerrarme en mi mente donde nadie puede volver a lastimarme.
Ahora la más importante, "Amor" tiene que sacudirse todas las ideas y todo el polvo que tiene encima para empezar a conjugarse. "Amor" tiene que dejarse acompañar por palabras que estamos dispuestos a presentarle.
Las palabras significan algo, aunque yo jugué a cambiarlas, ellas continúan escritas en el diccionario. Y estas palabras cuando te las dicen, o las ves en la mirada de las personas, me duelen muchísimo. Creen conocerte a través de ellas, como si todos tus secretos fueran revelados y tú fueras únicamente eso; una palabra.
Para todos es más fácil juzgar que comprender, incluso para mí es más sencillo, pero no lo haré más. Yo seré la primera en cambiar mi significado y me comprenderé. Dejaré de luchar conmigo, esa es una pelea que siempre voy a perder. El significado que me han dado otras personas no tiene que ser lo que yo significo para mí. Así que, no estoy loca, maldita ni enferma. Mi mente no es un sitio hostil, ella me protegió y creó barreras en las que aprendo a caminar, y si eso no es maravilloso, nada lo es.
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