AL—Estás mal de la cabeza.
LEXA—Mira quién habla... ¡Venga! ¡Lo hacemos!
AL—Sigo pensando que es mala idea.
LEXA— ¡Pero si la idea fue tuya!
AL— ¡Estaba borracha!
[Lexa pone los ojos en blanco y continua ignorándole].
LEXA—Pues, veamos. Me gusta la propuesta de poner un columpio en la terraza y—
AL— ¿Pero no lo ves un poco peligroso? Vivimos en un quinto—
LEXA— ¡Claro! ¿Por qué crees que los parques de atracciones ganan tanta pasta? ¡La gente le gusta la adrenalina!
AL— ¿Y medidas de seguridad? Este piso es pequeño. No va a funcionar…
LEXA—Lo instalamos justo encima de los tendales. Confía en mí. Aquí nadie va a morir… de una caída.
AL—De verdad, ¿te estás escuchando?
[Observando desde la ventana del salón, Chus, con una mirada preocupada, decide abrir la puerta y salir fuera a la terraza].
CHUS— ¿Alexa? ¡Ey!
[Chus grita a su compañera de piso, que está sentada sola en el suelo de la terraza, mirando hacia el cielo. Alexa se sobresalta].
ALEXA— ¡Ah! Ni te sentí.
CHUS—Llevas como 10 minutos allí en la terraza asintiendo la cabeza... De vez en cuando te escuché decir 'ajá, ajá'… ¿Estás bien?
ALEXA—Claro. ¿Por qué no iba a estarlo?
CHUS— ¿Estabas hablando sola?
ALEXA—Sí.
CHUS—Ah... Y ¿estás bien?
ALEXA—Sí, Chus. No entiendo qué te preocupa. ¿Tú no te hablas?
CHUS—No.
ALEXA—Seguro que sí, pero no te das cuenta.
CHUS—Bueno, a ver… No me hablo en alto. Es un poco raro…
ALEXA—Pues no sabes lo que te pierdes.
CHUS—Porque tú tienes mucha imaginación. Yo no.
ALEXA—No tiene que ver. Yo solo me digo cosas positivas.
AL y LEXA—Mentira.
ALEXA— ¿Qué es más sano que cuidarme?
AL y LEXA—'cuidarNOS'.
CHUS—Ya…
[Chus se agacha y se sienta a lado de Alexa].
CHUS—Yo llevo bastante tiempo siendo negativa, y la cuarentena no ayuda.
ALEXA—Pues podrías probar decirte cosas bonitas. Creo que solo tenemos un trabajo en este mundo y es: cuidar. Pero primero yo, que si yo no estoy bien, no puedo ayudar a otras.
CHUS—Ya… ¿Y qué hago? ¿Qué me digo?
ALEXA—Yo… intento entenderme. Pregúntate '¿por qué me siento así? ¿De dónde vienen mis pensamientos negativos?' Y acepta que no te ayudan en nada.
CHUS—Ajam…
ALEXA—Y aunque suene 'raro', pues hay que decir 'no' cuando piensas así.
CHUS— ¿Decir 'no'? ¿En alto? ¿O en mi cabeza?
[Alexa se ríe].
ALEXA—Donde tú quieras.
[Chus, su mirada perdida en las nubes, de repente se sonroja. Parece que compartió demasiado y en seguida se recompone, levantándose].
CHUS—Bueno, tengo que volver al teletrabajo. Solo estaba descansando.
ALEXA—Vale.
[Chus mira otra vez arriba, al viento llevando las nubes como un río. Entra dentro y sale fuera de vista].
ALEXA— ¡Que te sea leve!
[El silencio se extiende, interrumpido por un susurro].
LEXA— ¿Sabes lo que le vendría bien a Chus…? Montar en un columpio-
AL— ¡Cállate! ¡Ni lo sueñes!
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