viernes, 1 de diciembre de 2023

Cicatrices


Sentirse sola no es una sensación agradable y, por desgracia, yo la he experimentado.

Durante muchos meses he tenido depresión. Una etapa en la que no podía confiar en nadie porque estaba tan centrada en lo malo, que no me di cuenta de que había gente a la que realmente le importaba. Empecé a guardarme todo lo que sentía, hasta que no pude más y busqué una salida para tanto dolor.

Descubrí que haciéndome daño a mi misma podía calmar todo lo que sentía. Empecé haciéndome pequeños cortes en los brazos, al ser invierno no se notaba.

Un día mi padre me preguntó cómo estaba, solía contestar con un "bien" para ahorrarme más preguntas, pero ese día decidí contárselo todo. Cuando terminé me dio un abrazo y me susurró: "Todo va a salir bien".

Juntos se lo contamos a mi madre. Decidieron llevarme a un psicólogo que me ayudó a entender mis sentimientos y a no depender de la aprobación de nadie. Para el siguiente año ya estaba recuperada. Intentaba siempre recordar el pasado como algo bueno, pero no siempre se podía.

Esta habría sido una buena historia, pero no me tocó vivirla, porque cuando decidí hablar, nadie me escuchó.

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