Mi psicóloga me explicó que hasta los huracanes tienen un centro de calma, y las galaxias también. Y ambos tienen enormes fuerzas rotando a su alrededor, como la mayoría de nosotros. Por ello, muchas veces nos sentimos colapsados por las muchas obligaciones que nos hacen sentir agobiados. Mi psicóloga me ha ayudado a analizar mis sentimientos, mis preocupaciones, mi rabia,… y sacarlo todo fuera. Con ella detengo la voraz rutina que me deja enormes grietas, grietas que me llevaron a desear desaparecer. Ella me ha ayudado a comprender que necesito regalarme momentos olvidados y encontrar pequeños rincones que había dejado de disfrutar volcándome solo en los intereses de los demás. He vuelto a ser humana, no autómata. He vuelto a despertar tranquila, pues sufría de un empacho vital.
Una vez hecha cierta reflexión, he descubierto que en el equilibrio está la respuesta, y sobre todo en pedir ayuda. Me ha hecho ver que muchos se beneficiaban del lleno de su parte aunque provocara un enorme vacío en mí, y que yo también cuento y he de valorarme ante los demás, y cuidarme bien. Gracias a la terapia, he recuperado de nuevo la alegría para seguir viviendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario