miércoles, 29 de noviembre de 2023

Hay que aprender a gritar y aprender a escuchar

Me estoy ahogando, me niego a respirar ¿Dare el salto? Tengo miedo ¿Qué será de mi madre? De mi padre ni me entero, el nunca se entero de mí. Le doy vueltas a mi vida, intentado desatar el nudo que yo mismo hice. Morir es una decisión egoísta; no pienso en el dolor que puedo causar, pero ¿Me importa? Ya no estaré para escucharlos ¿Saltare entonces? Lo dudo, aun no me decido, mis piernas tiemblan. Quiero, pero no del todo. No quiero alejarme, ni despedirme; quiero que pare el dolor pero no hay paliativo que ahogue mi pena. Me siento perdido. En realidad estoy confundido, la diversidad e inmediates del mundo me socava; no quiero irme pero me niego a continuar de esta forma ¿Y la salida? No la hay. Próximo a decidir no veo la luz. Solo lloro, sufro y pienso. Grito pero ya no hay quien me escuche.

Al final salte; y tengo un solo arrepentimiento: haber gritado lejos y en silencio.

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