jueves, 23 de noviembre de 2023

El Reconocimiento

Las puertas del hospital detectaron su presencia, abriéndose. Las del ascensor hicieron lo contrario tras pulsar el botón. Destino: cuarto piso. Entró en la habitación, poca luz entraba por la ventana, él notó el olor a dolencia, a enfermedades pasadas impregnadas en las viejas paredes. Sentada estaba su hermana que le saludó con dos besos recios. En la cama, su madre dormitaba, vio su boca, entreabierta, el color de su piel, gris pálido y sus muñecas, vendadas y sintió un escalofrío.

-Impresiona, ¿verdad? -dijo su hermana- pero está bien, ha salido de peligro.

-No entiendo cómo pudo hacerlo.

-Dice el doctor que sin duda tuvo un momento de lucidez, aunque yo pienso que fue de locura. Escribió esto-dijo tendiéndole un papel.

"Perdonad, pero quiero que me recordéis como lo que fui, no como lo que seré, soy la que reía en la playa y bailaba en la cocina."

Entonces su madre abrió los ojos, y levantó una mano temblorosa. Él se acercó agarrándola con cuidado.

-Mamá, cómo pudiste hacerlo -dijo llorando- nosotros te querremos siempre, somos tus hijos.

La mujer apartó la mano como si hubiera sentido un calambre.

-Perdone, pero yo a usted no le conozco de nada.

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