Mientras tengo la mirada fija en aquella lápida frente mío, fría e impasible, con un solo nombre inscrito en ella, la lluvia se fortalece. Es mi nombre. Seguido de una pronta fecha de este año. Esa constituye mi tumba. Representa la muerte que deseo para mí en el corto plazo. Siento como las gruesas gotas de agua golpean sobre mi cráneo y mis hombros, al mismo tiempo que el sonido de su caída envuelve el cementerio donde estoy. Y entonces, alguien, una sombra irreconocible se acerca a mí y me extiende un paraguas, evitando que los pensamientos dolorosos sigan dando golpes en mi cabeza. El mundo que alguna vez me había parecido monocromático comienza a revelar tintes de gris, y después, se vuelve multicolor. Aquel paraguas se convierte en mi salvación, un puente entre la oscuridad y la luz. Ahora la angustia me parece temporal y mi fuerza permanente. Sostengo intensamente el paraguas y devuelvo mi vista hacia la lápida; está vacía, sin nombre ni fecha. Busco aquella sombra, que se encuentra ya muy distante. Diviso una figura muy parecida a la mía, solo un poco más alta que yo. No le impido alejarse. La lluvia se ha detenido.
Blog con los relatos presentados al concurso convocado por la Plataforma “Salud Mental y Cultura”, integrada por la Unidad de Salud Mental Comunitaria del Hospital de Los Arcos-Mar Menor, las concejalías de cultura de los municipios de Los Alcázares, San Javier, San Pedro del Pinatar y Torre Pacheco, las asociaciones AFEMAR, AIKE Mar Menor y LAEC, y la Fundación entorno Slow-Proyecto Neurocultura de Torrepacheco.
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