jueves, 16 de noviembre de 2023

El siguiente minuto

No lo entiendo muy bien y no voy a fingir lo contrario. Yo nunca he sido muy lista. No, es verdad, nunca he sido muy lista. Pero amo la vida y, sobre todo, te amo a ti. Sí, no me mires de esa manera, claro que te quiero, en las alegrías y en las penas, ¿recuerdas? Especialmente en las penas, porque ¿qué mérito tiene amar lo perfecto?

Anda, ven aquí, que yo no sé cómo será mañana, pero sí que esta noche dormiremos juntos y nos buscaremos de madrugada, para despertar de la mano como siempre: «Para no caernos y no perdernos». ¿Te acuerdas? Claro que te acuerdas, eso lo dijiste tú y qué razón tenías, así que hagamos como si amaneciera.

—¿Y luego?

Pues luego ya veremos, cariño, tampoco voy a fingir que lo sé. Yo crecí sin tener mucho, «sólo el siguiente minuto», que decía siempre papá, «pero es lo más valioso». Lo decía para que nos conformáramos como buenos pobres, pero tenía razón.

Así que, por favor, ven. Dame la mano como cada mañana y aléjate de esa ventana.

No hay comentarios:

Publicar un comentario