viernes, 1 de diciembre de 2023

Las huellas de Marta

Marta lleva ingresada varias semanas, pero Marta no quiere que le den el alta. Ha aprendido a llorar pintando, o quizás a pintar llorando. Hace días que Marta cierra los ojos y pinta sin lienzo. Y en su cabeza, puede suceder que Marta agarre su pincel y rompa el blanco frente a su cara para luego atravesar su propio paisaje pintado. Puede suceder que dentro de su cuadro Marta dibuje en la arena sus huellas hacia la playa. Una playa donde Marta camina hacia el agua salvaje que ella misma pintó hace mucho tiempo. A veces Marta consigue hundirse en su océano y ver sobre el suelo marino las huellas de una niña volviendo a la superficie para salir de esa playa, y caminando por la arena regresar al pincel. Y puede suceder que todo ello pase cada día una y otra vez. Por eso Marta no quiere volver a casa. No hasta que sea capaz de pintar su vida de la mano de esa niña.

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