lunes, 4 de diciembre de 2023

El Santo

Físicamente cansado, llegó a la azotea del aquel departamento. Mas no era eso lo que más congoja producía en él ese instante de tiempo. El cansancio mayor era el producido emocionalmente, carga pesada, ya por meses.

Desde ese sitio, veía a la multitud, cuales hormigas se movilizan en un insectario. Esa sociedad, que de una u otra manera, en mayor o menor injerencia, aporte habían dado a ese cansancio emocional.

Cercano a la baranda, sólo dos opciones tenía.

"¿Lo hago o no lo hago?" - Se preguntaba.

El dolor siempre provoca sentirse en el cuerpo, en un estado presente. No es de la manera ideal, pero presente estás.

Así, mirando hacia abajo, su mano alargó tomándolos a todos, y empuñó para que no salieran de ahí. Alzó su puño a la altura de su frente y ojos cerrados, notó que tanto oscuras emociones como la relación con los otros, sólo un constructo irreal era. Abrió con fuerza su mano por sobre la baranda, esparciendo lo que en ella había.

Ese día, no saltó... Soltó.

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